Kenyi (Un día en la vida de Ani)

Hoy fue un día bizarro. Me desperté y me recordé que tenía que responderle a un amigo por el chat que me había escrito anoche. Cuando lo busco, ya no existe entre mis contactos. Le mando un mensajito indignada, preguntándole por qué me había borrado y me respondió que él pensaba que había sido yo. Jajaja, ahora sólo puedo pensar en que desconfiados somos el uno del otro. Y eso que somos muy muy buenos amigos. Al parecer, las maquinas también se equivocan.

Aclarado esto fui directo a bañarme, vestirme corriendo y salir a almorzar sushi con alguien muy querido. Comí el mejor sushi que he comido en mi vida. Exquisito. Delicioso. El roll se llama KENYI y lo venden en....... uy no, mejor googleénlo. 

Luego vine a mi casa, también en apuro, y estaba tan pero tan full que lo que quería era echarme una siesta con todas las de la ley. Pero no podía. El deber por delante. (Y sólo podía pensar en el roll que me acababa de comer, divino, exquisito, lo máximo). 

A los pocos minutos llegó otra amiga y nos pusimos a estudiar vocabulario para el GRE. Ya llevamos como 250 palabras. (hmmm, Kenyi). Dime tú si sabes que significa: askance, glib, dissemble, alacrity, waver, recalcitrant, unfeigned, chary. Y podría continuar, pero lógicamente no voy a escribir 240 palabras aquí, jaaaa.

Terminamos de estudiar a las cuatro en punto y agarré mis macundales para ir a la universidad (clases a las cinco). El tráfico en esta ciudad es muy característico, pero hoy fue especialmente sádico, conté como ocho carros accidentados en todo el camino, tres perros atropellados y en proceso de putrefacción. Vi un autobus rotulado con PINK FLOYD THE WALL, y aunque sé que los he visto antes, fue muy satisfactorio poder tomarle una foto y saber que no, no estaba loca, realmente si hay autobuses rotulados de Pink Floyd. 

Cuando veo este tipo de curiosidades me provoca hacer una encuesta abierta, así que les pregunto a ustedes, ¿cuál creen que es la historia detrás de estos autobuses? ¿Fue la disquera en los años 90's que les pagó esto como publicidad, o un dueño de autobuses que era el ultra fan de Pink Floyd y quizo homenajearlos en sus propiedades, o acaso son un club de choferes roqueros alternativos y modernos que quieren marcar pauta con esto? Me encantaría que comenten y luego escribir un cuento grandioso con la mejor de sus teorías.

Por otro lado, también vi a una mujer taxista. Y me puse a pensar. Sí, yo soy feminista. Pero la verdad es que nunca había visto a una mujer manejando un taxi, ni mucho menos me había planteado la posibilidad de que ésto ocurriera. Supongo que es algo así como cuando digo que soy indepentiente y súper fuerte pero me niego a aprender a cambiar un caucho porque prefiero que eso me lo haga un hombre, el que sea, y listo. Claro que con eso sólo puedes contar en Venezuela o en cualquier país latino. A los gringos (entiéndase hombres) les sabe a casabe y son incapaces de ofrecerce. Como cuando viajas con un carryon demasiado pesado y no hay un alma que se ofrezca a ayudarte, excepto la pobre mujer azafata. Eso no pasa cuando viajas desde o hacia Venezuela. Lo certifico.

Por otro lado también me encontré con una esquinita del Santa Claus rotulado de la torre Banesco de El Rosal, en el lugar del Santa "inflable" que siempre estaba tiroteado. Fue fino ver un pedazo y no todo el rótulo listo. Te hace apreciar las imperfecciones de la naturaleza, entender que son humanos y no máquinas y que: pana, sencillamente se tomaron un break y mañana lo terminan.

Llegué a la universidad media hora tarde, y al entrar en mi clase, con la cartera colgada del brazo izquierdo y el blackberry en la mano derecha, Batman me preguntó "¿eso tiene pin?". Yo, estupefacta, le respondo: "sí, claro", y su reacción fue decirle al resto del salón "pásenle un mensajito por pin, pues". Y en eso casi todos en coro "Ana, guárdalo, ni se te ocurra sacarlo". AHHH, ¡qué drama!

Dos horas de no entender nada (el profesor habla en otro lenguaje, me encantaría decirles que es uno raro y original como el Tolkien en el Señor de los Anillos pero no, es un lenguaje inventado en la República del Zulia pero a una velocidad de 140 palabras por milésima de segundo y un adelanto de 2 minutos en el cerebro versus lo que escupen los labios). Algo así. (Kenyi, Kenyi) Bueno, ni hablar de lo bizarra que fue la clase porque ahí si me da pajita que el profesor lea este blog y me ponga cero uno (por fa, no la agarres conmigo, sólo estoy siendo honesta, además que te dije lo que pensaba en clases). 

Luego otra clase más, que me gusta mucho, pero estaba #out, no podía concentrarme y sin querer queriendo monté un café olé con otra amiga, inconscientemente, ya no dábamos más. (Sí, el tráfico cansa, y muchísimo, ¿ok?). Además era difícil concentrarse sabiendo que en Las Vegas estaban ViniloVersus, Vos Veis y Famasloop esperando por esa entrega de premios #Latin Grammy.

Así que se acabó la clase (hmmmm, Kenyi) y me vine como un tiro a mi casa, a prender la tele y ver los Latin Grammy. Quería ver a mi amigo Rodrigo entre la audiencia, nervioso y feliz, quería ver a los chamines de Famasloop, que un profesor nos trajo a la universidad para que nos diera un concierto privado (del cual hicimos un parcial completo) y quería tripear. Pero no. Rancheras. Mexicanos niches. Reagguetón. Más mexicanos. Más sombreritos ridículos. Más mariachis chimbos. Y cero Rodrigo. Y cero Famasloop. Un par de presentadores ridículos cuyos chistes no hacían reír a nadie (excepto el de Ricky Martin, claro está) y me pregunté "¿esto es ser latino?" porque si es así, pana, seré más gringa que latina, pero no me lo vacilaba en lo más mínimo. Me provocaba gritarles y decirles "ESCUCHEN, NO SE TRATA DE LOS MEXICAN GRAMMY, SE TRATA DE LOS GRAMMYS LATINOS, LATINOAMERICA, ENTIENDES? SOMOS MUCHOS". AHHH. Yo sé, un poco dramático pero es que me fastidió mucho.

Y todo para enterarme después de que terminó, que los premios que yo estaba esperando fueron entregados al principio, y que además ya los resultados se sabían desde antes. (Pues lo lamento, yo siempre vivo en otro planeta, y no tenía idea).

Me vine a escribir en la compu, y aquí estoy. Soñando con el Kenyi. Un día cualquiera en la vida de Ani. Sólo que hoy me provocó escribir de esto. (Y quiero otro Kenyi pronto, por favor)