Hace dos años cambié Caracas por Atlanta. Me fui a hacer una maestría en escritura profesional y viví muchas experiencias inolvidables. Aprendí lo que es vivir sola. Ser independiente. Vivir y disfrutar las cuatro estaciones. Estudiar en una universidad con un campus gigantesco y mil recursos a tu disposición. Aprendí, también, a vivir una relación seria con la intensidad que se vive cuando vives afuera. Aprendí a disfrutar de mis amistades; a cocinar, a fungir de anfitrona de mis "dinner parties" (sí, ya estoy vieja, ya no son reuniones, son dinner parties), a escribir en sitios inspiradores, a refugiarme en mi apartamento cuando quería estar sola, a vivir con mi soledad y sentirme llena y completa.
Fue una etapa estupenda. Aprendí muchísimo sobre escritura en la maestría. Desarrollé disciplina al aprender a escribir creativamente aún cuando faltaba la inspiración. Sin embargo, ya me gradué (con honores, gracias!) y hace una semana cambié Atlanta por Miami y no puedo estar más contenta con este cambio. Aquí tengo a mi hermana con mi sobri/ahijada que está de comérsela, tengo playas espectaculares a 15 minutos de donde me estoy quedando, tengo todo relativamente cerca (sobre todo en comparación con las distancias gigantescas de Atlanta) y siento que es una ciudad más internacional, con más cultura, más arte, mejor gastronomía y mejor vida a todo nivel. Muchas personas tienen la percepción de que Miami es o Shopping o discotecas de 600 $ la botella y por ende la clasifican de plástica. Pero realmente Miami es lo que tu quieres que sea. Yo todavía la estoy descubriendo, pero por ahora es una ciudad donde me encantaría pasar los próximos años de mi vida.