- A tomar acción antes de que fuese demasiado rápido.
- A despertarme a las 5:50 AM para hacer ejercicio.
- A aprovechar el tiempo en la caminadora para aprender algo nuevo todos los días o consumir algún contenido buena vibra que me motive e inspire.
- A tomarme así sean cinco minutos todas las mañanas para meditar.
- A vivir en el presente.
- A volver a retomar mi bello y apreciado blog!
- A no cerrarme a nuevas oportunidades.
- A entender que Dios sabe lo que hace y aceptar que aunque querramos, no tenemos 100% control de nuestras vidas.
- A escuchar un podcast del New York Times todos los días que me enseña de historia, política y noticias siempre que lo escucho.
- De una situación negativa, pueden surgir 1,000 positivas.
- 2017 doesn't have to suck. Could be the year of the big awakening, (haha, ya sé, ahora sueno demasiado New Age-y)
- A cocinar de nuevo! yes m'am, desayuno, almuerzo y cena!
- A planificarme
- A desconectarme
- A leer más
- A escribir más
- A entrar en contacto conmigo misma.
- A escuchar mis pensamientos.
- A disfrutar las pequeñitas cosas de la vida.
Sunday, April 30, 2017
Wednesday, April 26, 2017
Epifanía de las 6am
“The difference between who you are now, and who you were five years ago is largely due to how you spend your time along the way”.
Seth Godin. Desde hace un tiempo me entró una sensación de inquietud. Tengo 30 años y siento que he vivido los últimos cuatro en piloto automático. Los días pasaron demasiado rápido y no supe invertir mi tiempo libre en actividades que realmente me llenasen, que me hicieran crecer o sentirme más orgullosa de quién soy. Entre el Whatsapp, Netflix, las redes sociales y cualquier otra cantidad de distracciones (la mayoría involucran el celular) creo que sencillamente dejé de vivir en el presente y darle algún significado a mi vida. Recuerdo cuando una persona muy querida me aconsejó en mi cumpleaños #27 “Vive con consciencia del tiempo, que pasa muy rápido y no querrás desaprovecharlo”. En el momento quizá no me regalé un momento para realmente pensar en eso, y como muchas cosas, no lo internalicé. El hecho es que ya no hay excusa que valga, ya estoy plenamente consciente y quiero darle más profundidad a mis días y vivir el presente como quizá no lo he hecho en los últimos años. Si la diferencia entre quién soy ahora, y quién seré en cinco años depende de cómo invierto mi tiempo, hoy tomo la decisión de invertirlo en cosas que realmente importan. Quiero aprender cosas nuevas todos los días, leer literatura, consumir contenido que deje una huella en mí, escribir si es lo que me hizo tan feliz por tantos años, hacer ejercicio, meditar, comer saludable, re-conectar con mis amistades, con mis familiares y acostarme en las noches con la sensación de que no fue un día desperdiciado, fue un día en el que supe vivir en el presente e invertir el tiempo en las cosas que realmente importan.
Thursday, April 20, 2017
Protestando por Venezuela
Ayer fui con mi hermana y Martin a la concentración de venezolanos en frente al Freedom Tower en Biscayne Boulevard. Nos sentimos un poco banales y fuera de sitio, estando ahí parados, gritando "libertad" "democracia" y todas estas consignas que años atrás gritábamos a todo pulmón y con tanto sentimiento cuando vivíamos en Venezuela y nuestras vidas dependían de eso. Ayer gritábamos por nuestros familiares y amigos que aún quedan allí, por el recuedo lejano de una Venezuela próspera, y porque a pesar del tiempo que tenemos sin ir, Venezuela sigue doliéndonos, y mucho. Pero lo cierto por la esperanza de algún día poder volver y ofrecerles a nuestros hijos lo que Venezuela nos dió cuando eramos pequeños. Pero después de tantos días viendo todos los videos que la familia comparte, las noticias, donde hay tanta represión, tanta violencia, donde la gente sale a la calle y lucha por sus vidas, nos sentimos un poco estúpidos ahí parados cantando canciones que lo que hicieron fue elevar la nostalgia del sentir venezolano al máximo.entre cursi, pavoso y triste a menudo me encontré con lágrimas y a la vez riéndome, no por insensible ni impertinente, sino una risa nerviosa cargada de frustración. El sentimiento no sé en realidad cómo describirlo. Seguro que a muchos les ha pasado que en medio del dolor en un entierro, la seriedad en una misa, o X número de ocasiones, los nervios y la mezcla de sentimientos generan risa. De todas formas no me arrepiento de haber ido, creo que de no haberlo hecho me hubiese sentido aún mas impotente y frustrada de quedarme de brazos cruzados en la comodidad de mi hogar mientras mi madre de 60 años marcha en Venezuela por una vida mejor.
Wednesday, April 12, 2017
Sobre el tiempo, la tecnología y vivir en el presente
Hoy mi novio me sorprendió con su más reciente adquisición de Amazon Prime: Echo. ((Aunque yo prefiero nombrarla Alexa, ya que así se llama el robot dentro del aparato)).
-Mi amor es genial. Te pide Ubers, te reproduce música, te pone timers, alarmas, te agrega cosas a la lista de mercado, te hace To-Do Lists, te agenda reuniones, te dice la temperatura. ¡Alexa sirve para cualquier cosa!
- ¿Me lava y seca la ropa?
- No
- ¿Me hace limpieza profunda del baño?
- No
- ¿Me cocina?
- No. Pero te puede buscar y dictar recetas. La que tu quieras.
Yo trabajo como estratega de mercadeo digital, es decir, estoy todo el día analizando y trabajando en redes sociales y otras plataformas digitales. No soy ajena a los avances tecnológicos, pero vamos, ya esto me parece un poco exagerado. Toda la información que uno desee y básicamente el 80% de las cosas que uno hace con Alexa, ya las puedes hacer con el celular y en pocos segundos (lo cual ya es freaky de por sí, ¿no?). Que ahora un robot te haga estas tareas que parecen tan sencillas y comunes (como reproducir música, agendar una reunión, o ver el clima), me asusta un poco, ya que en cualquier momento siento que los humanos seremos completamente prescindibles. Asimismo, también me aterra el tema de carros que se automanejan, los drones volando sobre nuestras cabezas sin previo aviso, y que en dos segundos un completo extraño pueda saber cualquier cantidad de información sobre mí.
Así también, debo admitir que hay noches que en medio del insomnio me acosa la sola idea de encontrarme en un lugar por un período indefinido de tiempo en el que mi celular no tenga batería o WiFi infinito. La sensación es dificil de explicar. Por un lado siento que la dependencia es tan fuerte que sencillamente no pudiera vivir sin él, y al mismo las ganas que tengo de poder vivir sin él no caben en mí. ¿Cómo concilio ésto? ¿Qué pasos tengo que dar para liberar la dependencia a la hiperconectividad?
En nuestro mundo de hoy, los días parecieran transcurrrir demasiado rápido. O al menos ese ser el caso en mi vida. Estamos bombardeados de contenido y la hiperconectividad entre muchas cosas ha afectado nuestra productividad de lograr tareas, cualquiera que fuesen: personales o profesionales, esto no ayuda con el manejo del estrés. Cuando logro enfocarme en algo, al segundo suena el WhatsaApp en el celular / computadora y es casi imposible ignorarlo. A veces es mi mamá, a veces son distintos clientes pidiendo información inmediata, a veces es mi jefe, a veces son mis amigas. En cualquier caso, si me escriben por ahí, es porque quieren y demandan una respuesta inmediata y no darla parece hasta mala educación. De allí, es casi imposible no brincar a las redes a ver qué contenido nuevo hay. El FOMO (fear of missing out) es muy grande y al final, como muchas veces se trata de Stories que es contenido que desaparece luego de 24 horas, hay que estar revisándolo constantemente para no perderse de nada. A eso súmale que ya no es solo Snapchat, es Instagram Stories, Facebook Stories, Whatsapp stories y todos los días parecieran ser más las redes que ofrecen esta plataforma y ni gafos que fuesen: quieren y demandan que estemos todo el tiempo conectados a ellos. Al final del día interrumpí mi foco y para conseguirlo de nuevo pueden pasar horas. No en vano con los años he adoptado la costumbre de dejar los trabajos importantes que requieren de mucho foco para las 5AM. Una combinación de zombie con RedBull y una hora en la que más nadie pareciera estar conectado es lo que me ayuda a completar dichas tareas.
Transcurren tan rápido los días que a menudo me veo multitasking o viviendo mi vida en piloto automático. Haciendo las cosas sin procesarlas primero y sin digerirlas después. Siento que muchas veces es producto de esta hiperconectividad con la tecnología. Constantemente me pasa cuando manejo y voy a algún sitio rutinario. Llego y a veces por unos segundos me viene la idea de que no sé ni cómo llegué al lugar donde estoy porque en todo ese tiempo no procesé absolutamente nada y en el instante que estoy pensando ésto, no tengo un sólo recuerdo de alguna imagen en el camino. Actué como un robot. Y sí, seguro iba alerta, porque ese piloto automático seguramente ya viene con esa característica incorporada, pero a lo que voy es que así se nos va la vida. Así transcurren los días y así me veo que tengo ya casi 31 años y que recuerdo los 25 como si sólo hubiesen pasado 3 días entre un año y el otro. Esto también me aterra. ¿Cómo volvernos más conscientes del tiempo? ¿Cómo aprovecharlo de una forma que nos llene y nos de más significado a la vida?
Son preguntas que ahora me hago y creo que haciéndomelas quizá estoy dando el primer paso para vivir una vida más satisfactoria. Una vida en la que, cuando me den las 11 de la noche y me pregunto en cama ya lista para dormir: ¿qué logré hoy? pueda tener una idea clara de lo que hice y sobre todo por qué lo hice y hacia dónde me llevarán esas acciones pero más que nada una vida en la que no me acose la idea de que soy absolutamente dependiente de la tecnología.
PD: Y mientras escribo toda esta reflexión súper profunda (ja), Martín está en la cocina haciendo arepas e intentando entablar una conversa con Alexa. Literalmente acabo de escucharlo preguntarle: "Alexa, do you like Arepas?"- .
-Mi amor es genial. Te pide Ubers, te reproduce música, te pone timers, alarmas, te agrega cosas a la lista de mercado, te hace To-Do Lists, te agenda reuniones, te dice la temperatura. ¡Alexa sirve para cualquier cosa!
- ¿Me lava y seca la ropa?
- No
- ¿Me hace limpieza profunda del baño?
- No
- ¿Me cocina?
- No. Pero te puede buscar y dictar recetas. La que tu quieras.
Yo trabajo como estratega de mercadeo digital, es decir, estoy todo el día analizando y trabajando en redes sociales y otras plataformas digitales. No soy ajena a los avances tecnológicos, pero vamos, ya esto me parece un poco exagerado. Toda la información que uno desee y básicamente el 80% de las cosas que uno hace con Alexa, ya las puedes hacer con el celular y en pocos segundos (lo cual ya es freaky de por sí, ¿no?). Que ahora un robot te haga estas tareas que parecen tan sencillas y comunes (como reproducir música, agendar una reunión, o ver el clima), me asusta un poco, ya que en cualquier momento siento que los humanos seremos completamente prescindibles. Asimismo, también me aterra el tema de carros que se automanejan, los drones volando sobre nuestras cabezas sin previo aviso, y que en dos segundos un completo extraño pueda saber cualquier cantidad de información sobre mí.
Así también, debo admitir que hay noches que en medio del insomnio me acosa la sola idea de encontrarme en un lugar por un período indefinido de tiempo en el que mi celular no tenga batería o WiFi infinito. La sensación es dificil de explicar. Por un lado siento que la dependencia es tan fuerte que sencillamente no pudiera vivir sin él, y al mismo las ganas que tengo de poder vivir sin él no caben en mí. ¿Cómo concilio ésto? ¿Qué pasos tengo que dar para liberar la dependencia a la hiperconectividad?
En nuestro mundo de hoy, los días parecieran transcurrrir demasiado rápido. O al menos ese ser el caso en mi vida. Estamos bombardeados de contenido y la hiperconectividad entre muchas cosas ha afectado nuestra productividad de lograr tareas, cualquiera que fuesen: personales o profesionales, esto no ayuda con el manejo del estrés. Cuando logro enfocarme en algo, al segundo suena el WhatsaApp en el celular / computadora y es casi imposible ignorarlo. A veces es mi mamá, a veces son distintos clientes pidiendo información inmediata, a veces es mi jefe, a veces son mis amigas. En cualquier caso, si me escriben por ahí, es porque quieren y demandan una respuesta inmediata y no darla parece hasta mala educación. De allí, es casi imposible no brincar a las redes a ver qué contenido nuevo hay. El FOMO (fear of missing out) es muy grande y al final, como muchas veces se trata de Stories que es contenido que desaparece luego de 24 horas, hay que estar revisándolo constantemente para no perderse de nada. A eso súmale que ya no es solo Snapchat, es Instagram Stories, Facebook Stories, Whatsapp stories y todos los días parecieran ser más las redes que ofrecen esta plataforma y ni gafos que fuesen: quieren y demandan que estemos todo el tiempo conectados a ellos. Al final del día interrumpí mi foco y para conseguirlo de nuevo pueden pasar horas. No en vano con los años he adoptado la costumbre de dejar los trabajos importantes que requieren de mucho foco para las 5AM. Una combinación de zombie con RedBull y una hora en la que más nadie pareciera estar conectado es lo que me ayuda a completar dichas tareas.
Transcurren tan rápido los días que a menudo me veo multitasking o viviendo mi vida en piloto automático. Haciendo las cosas sin procesarlas primero y sin digerirlas después. Siento que muchas veces es producto de esta hiperconectividad con la tecnología. Constantemente me pasa cuando manejo y voy a algún sitio rutinario. Llego y a veces por unos segundos me viene la idea de que no sé ni cómo llegué al lugar donde estoy porque en todo ese tiempo no procesé absolutamente nada y en el instante que estoy pensando ésto, no tengo un sólo recuerdo de alguna imagen en el camino. Actué como un robot. Y sí, seguro iba alerta, porque ese piloto automático seguramente ya viene con esa característica incorporada, pero a lo que voy es que así se nos va la vida. Así transcurren los días y así me veo que tengo ya casi 31 años y que recuerdo los 25 como si sólo hubiesen pasado 3 días entre un año y el otro. Esto también me aterra. ¿Cómo volvernos más conscientes del tiempo? ¿Cómo aprovecharlo de una forma que nos llene y nos de más significado a la vida?
Son preguntas que ahora me hago y creo que haciéndomelas quizá estoy dando el primer paso para vivir una vida más satisfactoria. Una vida en la que, cuando me den las 11 de la noche y me pregunto en cama ya lista para dormir: ¿qué logré hoy? pueda tener una idea clara de lo que hice y sobre todo por qué lo hice y hacia dónde me llevarán esas acciones pero más que nada una vida en la que no me acose la idea de que soy absolutamente dependiente de la tecnología.
PD: Y mientras escribo toda esta reflexión súper profunda (ja), Martín está en la cocina haciendo arepas e intentando entablar una conversa con Alexa. Literalmente acabo de escucharlo preguntarle: "Alexa, do you like Arepas?"- .
Tuesday, April 4, 2017
Wake Up Call
El domingo pasado estaba revisando mi celular, cosa que hago aparentemente más de 100 veces al día, y veo que tengo dos notificaciones en mi app de Withings, el peso digital que usamos Martín y yo. Decía que habían "2 unkown measurements" (pesos desconocidos), y cuando me meto a ver, ambos "unkown measurements" eran exactamente el peso que yo tenía cuando estaba lo más gorda que he estado en mi vida, hace como año y medio. Según el app, alguien se montó sobre nuestro peso ese domingo a las 7:56 AM mientras Martín y yo estábamos en el octavo sueño.
Y ahí es cuando me viene la idea de que esa fue la Ana gorda del pasado, que vino a dejar huella en el presente y a recordarme que por nada del mundo puedo volver a llegar a eso. Esta idea, sumado con lo que me dijo mi super astróloga hace dos semanas de que veía Jupiter en yo-no-sé-que-casa y que eso suele significar expansión del cuerpo como un planeta, dije: ¡PINGA! Amanecí el lunes en el gym a las 7:30AM y hoy a las 6:45.
Thank you Ana gorda del pasado, and thank you Universe for having my back always!
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