Para estar contigo

Para estar contigo no hacen falta declaraciones de amor, ni gestos delatadores. No hacen falta citas programadas ni exhibiciones indecorosas. Para estar contigo, desvanecen las agujas del reloj en una suerte de mundo paralelo, donde no importan los segundos:  si estoy contigo, nada más puede importar. Para estar contigo necesito entender que no hay razones para amar, sólo un sentimiento infinito que se hace latente cada vez que observo tu mirada sobre mí.  Para estar contigo sobra el orgullo y sobra la timidez. Sobran las diferencias y sobra el miedo a lastimarnos. Para estar contigo es necesario una dosis de riesgo. De ganas de querernos, sin importar nada más. De alcanzar el infinito sólo con besarnos.  Ganas de ser felices en cualquier contexto. Para estar contigo basta alimentarme de tu sonrisa para saber que el día ya no es un desperdicio. Basta saberte ahí, presente, entre textos y pretextos, pero ahí. Basta entender que el amor no tiene límites, ni reglas, ni frases no deseadas. Basta eliminar los juicios de valor de quienes nos rodean. Basta  ignorar lo imposible para concentrarnos en lo posible. Para estar contigo, volteo mi vida, si es necesario.  Para estar contigo, no importa el cómo ni el por qué, sólo estas ganas infinitas de querernos.