Tuesday, March 30, 2010

Looking at you

When I look at you
                          and listen to you
                                      Understand you
Feel you in between my hands
                             in between my lips
over my head
               underneath my soul

It’s when I know
          The sky’s the only limit 
for our love

Monday, March 29, 2010

Crackberry, te odio

Ojalá mi Blackberry tuviese tanto estilo como este, así por lo menos tendría una mejor para tenerlo. Si a mi celular le tengo aprecio es porque me lo regaló mi hermanito lindo. Pero el propósito de esta entrada es analizar sociológicamente el fenómeno Blackberry en Venezuela. ¡Ja! Sobre todo. Bueno, eso sería interesante, sin duda alguna, por algo todavía estas leyendo estas líneas, pero no creo que llegue a tal grado de profundidad.

Sin embargo, si diré lo siguiente.

La dependencia al Blackberry es fuerte. Bastante fuerte. Es insólito que no podamos sentarnos durante una comida completa sin revisar el celular por lo menos dos veces. No podemos ir al cine sin consultar en IMDB donde actuó el protagonista antes, porque la cara se nos es familiar pero no recordamos dónde fue que lo vimos. Insólito que alguien esté tratando de entablar una conversación cara a cara con nosotros y pareciera que estuviésemos más interesados en lo que celular tiene que decirnos. Increíble también como, desde que tenemos el fulano Blackberry, nadie tiene vida personal. ¿No se dan cuenta? Estamos disponibles para todo el mundo, todo el tiempo. Si no queremos responderle a alguien, ya no nos podemos hacer los locos “ay pana, que chimbo, no me llegó el mensaje”. No. El bendito Blackberry hasta te “sapea” que ya leíste el Blackberry y simplemente no te dio la gana de responder. Y entonces. ¿Cuál es el problema? ¿Acaso siempre tengo que estar de humor para hablarte? ¿No puedo estar ocupada haciendo algo mejor con mi vida? Además de eso, minuto a minuto estamos publicándole al mundo todo lo que estamos haciendo por Facebook, Twitter, Messenger, etc. Como les decía, el Blackberry marcó el fin de la vida personal. 

Además de todos los efectos secundarios -nocivos a la salud- que tiene este aparatito en nuestra vida (sí, la adicción es nociva para la salud. si no, pregúntate cómo reaccionarías si estuvieses un mes en una isla desierta sin internet ni Blackberry?), me molesta enormemente que el servicio es inconstante y realmente incomunica más de lo que comunica. O cuántas veces no se han encontrado desesperados por comunicarse con alguien y pff no tiene EDGE, los mensajes no llegan, los e-mails no entran, las llamadas no se escuchan y uno se siente en un eterno monólogo. Es desesperante. Los benditos SMS eran mucho más efectivos. Nunca olvidaré cuando llegué de viaje y necesitaba avisarle a mi hermano que ya había llegado, que me buscara en la puerta tal y nada, Tuve que esperar con 3 maletas a las 12 de la medianoche en una puerta equis de Maiquetía (#miedo) a que milagrosamente mi hermano adivinara dónde estaba porque el bendito Blackberry no marcaba.

Impresionante, también, que Venezuela sea el país mayor consumidor de esta tecnología en América Latina. Incluso más impresionante es que consumimos más Blackberrys que México y Brasil juntos, que tienen una población muchísimo mayor a la de Venezuela.

INCREIBLE.

Y  obviamente, para que el consumo en Venezuela tenga esos índices tan altos, es evidente que no solamente la elite cuenta con este aparato. Estoy cansada de ver peluqueras, manicuristas, conserjes, choferes, señoras de servicio, taxistas y vaya usted a saber también tienen su Blackberry. ¿Cómo hacen para pagar una renta básica que supera los 100 BsF cuando el sueldo mínimo es ---- ? No sé. Dejarán de comer para tener un Blackberry.

Es impresionante, además, el temita de las modas en Venezuela. El Blackberry lo tiene todo el mundo en Venezuela, vamos a estar claros, porque se puso de moda. Y si no lo tienes, eres un perdedor y serás juzgado por toda la población (#melodramática). Pero es verdad, igual pasó con las pulceras Live Strong, que nadie compraba por su verdadera causa (creo que si a caso el 10% de sus consumidores sabían para qué servía la pulcerita esta). Tampoco olvidaré una vez que mi tía le traía varias pulceritas del norte para sus hijos, y llegó su maleta con cámara, computadora, epil lady y sin sus 12 pulceritas LIVE STRONG. ¡JA! Que chiste este país.

Y ahora, ¿qué me dicen de los relojitos estos horribles que tiene todo el mundo en todos los colores? Una amiga me estaba contando que su hijita de seis años le devolvió el reloj indignada porque era una imitación y no el original. ¡Caraj! ¿a dónde hemos llegado?

Creo que la persona promedio consumidora de Blackberry en Venezuela ha tenido mínimo dos equipos. Ya yo voy por tres. El primero me lo robaron. El segundo todavía lo tengo por ahí guardado por si acaso me roban el mío. La adicción es tal que tenemos que tener un repuesto, por si... es que si le pasa algo al nuestro, definitivamente que la sola idea de aguantar dos días sin él es inconcebible! Señores, somos la sociedad más consumista del mundo. Los más innovadores. Somos el oasis del TRIAL. Aquí nos lanzan cualquier coroto y el venezolano va corriendo a comprarlo, no importa que cueste una pequeña fortuna, no importa que no se sepa si el coroto funciona en cuestión, eso es irrelevante, simplemente tenemos que tenerlo.

Creo que la razón por la que más detesto el Crackberry es que me ha hecho cuestionarme sin efecto soy una materialista? Si no puedo vivir sin él, y él es un objeto (a pesar de que lo uso para efectos NO MATERIALES, como mantenerme informada y’comunicada’) entonces, soy materialista? Definitivamente sí me creó una dependencia muy fuerte.

Crackberry, te lo digo otra vez, ¡te odio!

 

Sunday, March 28, 2010

A su encuentro

Ella viaja en el bus, ese de la fotografía desteñida. Lo hace por su amor. Lo hace por su vida. Con una sonrisa de punta a punta, se encuentra sentada entre niñas malcriadas, hombres sudados, viejas chismosas y un loco conductor que al parecer ignora cualquier velocidad inferior a los ciento cuarenta kilómetros por hora.  El miedo y el terror reflejado en los rostros de las señoras mayores sólo consigue manifestarse como emoción y anticipación en el rostro de ella. Menos tiempo, cada vez falta menos tiempo- pensó.
Su torso está erguido, abrazando su mochila, lo único que puede sostener mientras piensa en él. Tararea la canción, esa que él le escribió hace unos meses en aquella carta, la única evidencia física de su amor.  
Que me tenga cuidado el amor, que le puedo cantar su canción

 En este momento siente un antojo inagotable por abrir su mochila y sacar aquel sobre añejado con la carta de amor, leer las palabras que ya conoce mejor que su propia vida para sentir de nuevo esas endorfinas que se pasean por su estómago a una velocidad similar a la del bus. 

El sol entra por la ventana derecha, calentando su mejilla, resaltando sus reflejos rojizos que sólo se ven con el sol y que a él tanto le gustan. Siente una brisa entrar desde atrás. Renuncia a la idea de sacar aquella carta por miedo a que se la lleve el viento. Cierra sus ojos. Piensa en su amor. Recita la carta en su imaginación.

Los minutos pasan lentamente. Poco a poco va atravesando ciudades satélites, campos de trigo, carreteras de tierra. Respira aire fresco, polvo, tierra, mientras se pasea por diferentes olores y roza una infinidad de texturas palpables a su vista. Sueña con él.

 Una cadena de cornetas interminables la despiertan. ¿Dónde estoy? - se pregunta. Sus ojos se hacen agua al ver en su alrededor una autopista colapsada de carros, unos vidrios ahumados y su madre en el puesto al lado, conduciendo para llevársela lejos, muy lejos de él.

Friday, March 26, 2010

Mami, perdón




Mami, perdón. Perdón por haber utilizado tu pintura de labios Chanel como creyón, por darle tus tacones predilectos a Malta y por creer que la afeitadora era un instrumento mágico para suavizar la piel. Quiero pedirte perdón porque sé que uso mis ojitos mágicos más de lo que debería, porque no puede ser que me ponga a llorar cada vez que no me quieres regalar algo que quiero.

Perdón por manchar tantos vestidos. Por negarme a comer vegetales. Por no colorear dentro de los márgenes negros. Por no querer dormir en la cama, si no en la cuna, y por complicarte tanto la vida con el señor ese, que tu dices que quiero pero que yo tanto odio.

Quiero que me perdones por haber llorado tantas noches seguidas, me doy cuenta que sin ti no podría vivir porque cada vez que me despierto llorando es porque sueño un mundo sin ti y lo horrible e imposible que sería. Perdona, mamá, por sacarte de cama a las seis de la mañana todos los días para prepararme desayuno y llevarme al colegio. Por no dejarte dormir ni siquiera en viajes o fines de semana.

Ya sabes que no me puedo aguantar dos horas despierta sin ti.

Anoche, después de que me leíste por quinta vez Margarita, cerré mis ojitos para que descansaras la voz y pensaras que estaba dormida. Sentí algo extraño. Te fuiste del cuarto y te seguí al ratito. Asomada por la pequeña ranura de la puerta, te escuché llorando. Tus ojos despedían lágrimas saladas y yo inmediatamente empecé a sentir algo extraño en mi pecho. Algo había hecho mal. Por mi culpa tu estabas así y yo sólo quería abrazarte fuertemente para que no te sintieras así.

Sabía que si me veías despierta, y viéndote, te ibas a molestar. Regresé a mi camita muy triste y no podía dormir. Sólo podía pensar en ti.

Perdóname, mami. Espero que sepas lo mucho que siento por ti.

Tuesday, March 23, 2010

Círculos


Círculos van y círculos vienen en mi mente. Se dibujan sobre nubes redondas, circunscritas en el cielo, colgándose de otras nubes que a su vez, tienen mil circunferencias adentro. Son pensamientos que circulan por mi mente que redondean mi manera de idear. Son círculos que intentan encerrar ideas concretas e ideas abstractas. Círculos que vienen y van, que se abren y se cierran, que son negros y son blancos, que se transforman y se vuelven círculos nuevamente. Son sabores de expresiones simultáneas e ideologías absurdas que nuevamente hacen un nudo en mi cabeza. Los círculos de mi imaginación no cesan, circulan en todas las direcciones y en todos los sentidos posibles. Intentan crear situaciones existenciales, se basan en la filosofía y se excusan con fórmulas matemáticas que ni ellos logran descifrar. Se superan, se exasperan, se sobreponen y se congelan. Son ellos, los círculos, los que hacen que me duela la cabeza. No paran, no dejan de circular por todos lados. Crecen y decrecen. De repente todo se vuelve gris y poco a poco van desapareciendo algunos, mientras otros titilan, alarmándome que ellos siguen ahí, y que no se van para ningún lado. Yo intento jugar con ellos, imagino rostros dentro de ellos, objetos de deseo, se convierten en peras, manzanas, cerezas, dátiles, almendras, avellanas, y poco a poco lo que parecía una pesadilla se convierte en un sueño muy agradable, es el sueño de los círculos del deseo.
Ana Cristina Sosa Morasso

Monday, March 22, 2010

Quote - Unquote VI



Now is the time for us to shine,
the time when our dreams are in reach and possibilities, vast.
Now is the time for all of us to become the people
we always dreamed of being.
This is your world. You're here. You matter.   

The world is waiting. The time is now.

One tree hill

Sunday, March 21, 2010

Mi realidad nublada

Aunque lo parezca, no siempre he sido un cuatro ojos. Por años deambulaba por la vida, guapo y soso, como un papa sin sal pero hermosa en su redondez, diferente a todas las demás e ignorante de tanta belleza. Vivía la vida sencilla, todo me parecía bien, a falta de distinción y de conocer un mundo mejor me conformaba con lo que veía, a través de la nada, pelando los ojos ante lo que me rodeaba (si es que algo me rodeaba). A los trece años, ya había pasado por trece novias, las más memorables: Verónica, Eugenia, Daniela y Andrea.

Siempre fui muy estudioso, esto se lo debo a mi apellido "Acosta," motivo por el cual siempre me sentaron en el primer puesto de la fila izquierda del salón. Esto dificultaba mi proceso de aceptación en el grupito de los ratúbelas, casi todos adueñados de apellidos que empezaban por  R, S, T, V e inclusive, Z.  Ellos se metían con el resto del salón, sobre todo aquellos desafortunados que habitaban en la primera mitad del aula de clase. Dichosos ellos, siempre ganaban la atención de las chicas más bonitas del colegio, incluso muchas mayores que nosotros. Aunque les confieso que yo,  con mi personalidad e inteligencia, por no decir mi "nerdidumbre" nunca tuve problemas en materia del amor. Verónica, Eugenia, Daniela y Andrea también estaban bien chévere.

Después de que la Primaria pasó, velozmente, como un abrir y cerrar de ojos para acabar con una horrible pesadilla, vino el peor día de mi vida: jueves 18 de Septiembre de 1994. Trece años. Entrando en la adolescencia, y ahora por fin en Bachillerato, finalmente con libertad de puestos, corrí por ese aula en el primer día de clases para apoderarme del último puesto de la derecha. Ahí se sentaban los más cool, o por lo menos eso recordaba. Me instalé sobre el asiento, lo único que me faltaba era mear sobre él para marcar  mi territorio.

Al rato llegó el profesor de matemática y en lo que empezó a desplazarse por la pizarra, escribiendo aquellos garabatos que hasta el sol de hoy ignoro en su totalidad, realicé que algo andaba mal.  Volteé a mi derecha, ahí estaba Corina, igualita que siempre, fajada escribiendo  en su cuaderno aquellos garabatos que permanecían misteriosos. A mi izquierda la pared se reía de mí.  Un murmullo en la vista que me fastidiaba, era así como ver por un vidrio empañado y no poder distinguir círculos de triángulos. Me mareé ante la incertidumbre y al rato no podía faltar el dolor de cabeza. Me sentía perdido, nublado. La verdad es que no me lo esperaba. Todavía desorientado ante lo que ocurría a mi alrededor, levanté la mano y pedí permiso para ir a la enfermería, aún sabiendo que eso podía poner en peligro mi prestigioso puesto dentro del salón. El profesor me vio con ojos juzgones, como quien estaba seguro yo era el peor de los hipocondríacos y me señaló la puerta con sus dedos, algo así como queriendo decir "dale pues mijo, vete ya, pero vete rápido". Yo me fui, rapidito, y bajé aquellos escalones que sentí como interminables hasta llegar al pequeño cuartillo titulado "enfermería", donde apenas había una cama súper estrecha y una cesta con ibuprofeno, acetaminofen y más na'.

Monté un melodrama. Exageré la falla de mis signos vitales. Le prometí a la recepcionista (que en estos casos, se disfrazaba de enfermera) que me sentía mal, demasiado mal como para seguir inserto entre esas cuatro paredes. Le rogué, supliqué, que me dejara llamar a mis mamá, para que me llevara de emergencia al hospital. Hospital, esa fue la palabra clave. En cuanto la recepcionista escuchó esa palabra de tres sílabas y ocho letras, inmediatamente, me llevó a la recepción (ahora sí, en su rol original) y me pasó el teléfono para que llamara a mi madre. Luego, procedió a escribirme  una nota, excusándome de las actividades académicas, para presentársela al profesor antipaticón de la mirada juzgona.

Peor que la mirada del profesor fue la que me dio mi madre mientras me acercaba al carro cuando me vino a buscar. Estaba un poco histérica porque la había sacado de su clase de Yoga e incrédula que me sentía tan mal como le dije por teléfono -de otra manera nunca jamás hubiese dejado su clase de Yoga por irme a buscar-. Le pedí que me llevara a un oftalmólogo de inmediato. Mira mijito, ¿más o menos qué te picó? A mi no me des órdenes, ¿ok? Ubícate. Aquí la que manda soy yo. ¿Y qué fue lo que te pasó? ¿Más o menos por qué quieres que te lleve a oftalmólogo de la nada?" Le expliqué, con tono melodramático (si no, no me cree) que no veía nada más allá de lo que tenía a poca distancia y una cara de pánico fue suficiente como para convencerla, en efecto, me llevó al oculista.

Sentado en la consulta con el doctor Jakubowicz, el miedo a que me confirmaran mi temor más grande me puso a temblar, y les confieso, nunca en mi vida me había sentido tan gay. Estaba dudando, a ciencia cierta, de mi sexualidad. Otro golpe para mi autoestima.

Un sin fin de lentecillos ladillas, colocados sobre mi ojo izquierdo, luego sobre el derecho, para tratar de leer una infinidad de letritas y números que se encontraban reposados sobre la pared, a una distancia abismal, me disiparon de nuevo el dolor de cabeza. Uno de esos lentecillos, sin embargo, representó un momento mágico y a la vez, traumático. Me hizo entender que toda mi vida había visto  a través de un vidrio empañado, nublando cualquier cantidad de detalles sobre todo lo que me rodeaba. Mi mamá tenía pecas. Vaya usted ha saber. No tenía ni puta idea antes del lentecillo número ochocientos cinco.

Cuarenta minutos después, una sentencia de -3.75 grados de miopía fue suficiente para mandarme a hacer los lentes más baratos que vendían en el recinto, aquellos con la montura de pasta negra que chocaba con mis pómulos, marcando la división de mi rostro en dos partes de igual tamaño, pero nunca de igual estética.

Ante el diagnóstico, mi madre se quedó muda. Y yo sólo tenía una de esas miradas chocantes que en verdad nunca han servido de nada, pero igual no me pude aguantar verla con ojos de  te lo dije. Los lentes estaban listos a los dos días. En el ínterin me negué a asistir al colegio, ¿para qué? Igual no podía ver nada, y si los profesores se daban cuenta de mi incapacidad para leer lo que estaba escrito sobre la pizarra, me iban a obligar sentarme adelante otra vez.

¿Cómo explicarles mi mundo, una vez que busqué esos lentes? De repente,  me di cuenta que los árboles tenían hojas con trazos en el medio; las calles tenían rayados peatonales, huecos, alcantarillas  y gatos negros que atravesaban sin pedir permiso. Las aceras eran más oscuras, en ellas había una enorme cantidad de basura de la cual nunca antes me había percatado. De repente las nubes hacían formas de osos y casas, mesas y flores y la pintura que cubría mi casa no era amarilla, era un ocre oscuro, casi tirando a naranja tostada.

Pero lo peor, peor de todo, fue el primer día que regresé al colegio con mis lentes puestos. Darme cuenta, por ejemplo, que todos los nerdos estábamos atrás, y todos los populares estaban adelante, no fue para nada agradable. Una vez más habría una línea divisora en el salón que me impediría pertenecer al grupín de los ratúbelas. Darme cuenta, por ejemplo, de la asquerosidad de baños donde toda mi vida hice cómodamente mis necesidades, tampoco fue muy agradable. Sobre todo la cachetada que sentí al ver mi reflejo en el espejo  y cómo éste se burlaba de mí.  Las chicas todas me preguntaban: ¿y entonces? ¿qué pasó? ¿cuánto tienes? Entre risas y burlas tipo "cuatro ojos."

Pero nada, nada que les cuente fue peor que la sensación que tuve al realizar, con mi nueva visión archiarrecha que Verónica, Eugenia, Daniela y Andrea eran más feas que pegarle a mi madre. 

Fue entonces, sólo entonces, cuando mi autoestima -rápidamente- se fue por la alcantarilla, sin decir adiós y sin promesas de regresar en una eterna y mísera década.

Friday, March 19, 2010

Sandía para la vida

 Aurora duerme al revés. Inquieta se pasea por su solitaria cama matrimonial, de derecha a izquierda, de arriba a abajo, por debajo y por fuera de las sábanas ya húmedas y pegadas a su piel. El calor no la deja soñar ni pensar en otra cosa que el sudor que se resbala de sus mejillas. Cobijas y almohadas terminan en el piso, en su desesperación y múltiples desplazamientos que al final sólo garantizan que Aurora, en efecto, durmió al revés. Se despertará con la cabeza y los pies a lo ancho del colchón, y no a lo largo, como el resto de los mortales que ha conocido en sus 28 años de existencia.

Se levanta cansada y bañada en sudor, como quien ha pasado las últimas tres horas matándose en un gimnasio. Ella se concentra en el hecho de haber pasado la noche quemando calorías -no importa cómo- y se olvida de las pocas horas de sueño y el cansancio que poco a poco se va acumulando en su cuerpo, dejando huellas que acarician sus ojos y que según ella, no son más que el reflejo de su gran sabiduría y proactividad ante la vida.

Los minutos actúan como catalizadores de sus obligaciones diarias, aquellas que la mantienen siempre de pie, impulsando la excelencia así sea en su labor de vendedora ambulante en una carretera al pie de las mejores playas del litoral central. Luego de dejar a su pequeña hermana Lucía y sus tres primas hermanas en el liceo a las seis de la mañana, se dirige a contar las frutas del día, aquellas de las que procura sacar una buena tajada que la ayude a pagar esa pequeña habitación donde vive. La misma  que alberga la cama matrimonial, la del inicio, que por cierto ocupa casi el ciento por ciento de los escasos metros cuadrados con que cuenta.

El calor y la humedad le hinchan los pies, sin embargo en su mente sólo hay espacio para una fotografía mental de lo que a diario consume, sin duda alguna, en los mejores quince minutos del día. La foto es aquella de sandías: picadas y frescas, rosadas y verdes, triangulares, dulces pero a la vez, refrescantes. Se le hace agua la boca mientras anticipa esos quince minutos gloriosos en los que sentada, al pie del asfalto, entre tierra y palmeras, transeúntes y un vacío vehicular misterioso, del cuál todavía no existe explicación, se devora una a una esos trozos de sandía, patilla, o como se quiera llamar al fruto que de cierta manera le da sentido a su día. Ella la llama "sandía para la vida", así la vende y así la comprende, después de todo tiene el poder de dividir su día en un firme e impaciente antes y un glorioso después.

Ana Cristina Sosa M.

Thursday, March 18, 2010

Noche de arcoíris plástico


Recuerdo con mucha precisión ese lunes. Querías hacer algo diferente, sacarme de la rutina en la que estaba inmersa nuestra relación. Una y otra vez, vivíamos siempre lo mismo: un cine, una cena, una película en casa, un almuerzo familiar. Ya los temas de conversación no giraban en torno a acontecimientos interesantes, chismes siniestros, ni anotaciones literarias de nuestras lecturas individuales. Ésto probablemente producto y causa de nuestras repetidas, extensas y monótonas conversaciones diarias al teléfono que sin duda asesinaban cualquier posibilidad de novedad al vernos. No dejábamos de hacerlas porque nos sentíamos extraños cuando no lo hacíamos, prueba de que somos, en efecto, animales de costumbre que difícilmente pueden vivir sin la certeza que brinda la rutina.


Me buscaste a las siete en punto. Nunca lo olvidaré. Cargabas una franela manga largas, tus jeans inmundos que sabes detesto, y aquellos Converse negros, también inmundos, pero que son probablemente la única marca asociada a nuestra relación. Me repicaste cinco veces al celular, no habías querido contarme a dónde me ibas a llevar, y como dijiste era un plan completamente diferente, yo cambié los Converse por tacones, los jeans rotos por una falda y la chaqueta por un escote. Mi esfuerzo por cambiar el look fue tal que tras salir de mi casa quince minutos tarde (mientras tú esperabas sin clemencia) te quedaste observándome por lo que me pareció una eternidad, sonreíste y no me pediste que me cambiara. Querías verme así.

Yo también te vi: estabas tan zarrapastroso y desaliñado como siempre y esto me hizo sentir una rabieta tan grande que a mitad de camino casi te pido que te devolvieras y me dejaras de nuevo en casa. Probablemente sentiste salpicar mi decepción con el trancazo de la puerta que dejó el carro vibrando unos cuantos segundos a posteriori. Trataste de calmar las aguas poniendo aquella canción de Depeche Mode "Enjoy the silence" que tanto me tranquiliza. Maldita sea, me conoces demasiado bien.

Cedí ante tu mano acariciando mi pierna con mucha ternura durante todo el trayecto, mientras maniobrabas con la mano izquierda la palanca de tu carro sincrónico y con el codo hacías magia para direccionar el volante. Te negaste rotundamente a revelar el destino, sin embargo las autopistas no mentían al informarme que nos estábamos despidiendo de la capital, lo que me hizo sonreír a mis adentros: por lo menos, pensé. Por lo menos estamos saliendo de este infierno.

Era una de esas noches húmedas. Tras haber llovido toda la tarde, el pavimento estaba cubierto por una tenue baba transparente que lamía los cauchos del carro advirtiéndonos de su peligro. Yo sin embargo estaba tranquila. Sabía que no nos íbamos a colear, no sé cómo ni por qué, pero siempre me has inspirado seguridad tras el volante. Está bien, sí, lo reconozco: tienes talento para conducir.

Cinco salidas y cuarentaicinco minutos más tarde llegamos a nuestro destino final. Fui sorprendida por un pequeño parque de diversiones ambulante tan triste como el que existía en el Poliedro de Caracas hace diez años, Ciudad Mágica. Por ti hice el mejor esfuerzo de falsificar una sonrisa que se dibujó en el reflejo de tus ojos como un logro, a medias, todavía no en su totalidad. Te apretujé el brazo, quería que me abrazaras. La neblina entraba a mis pulmones con cada inhalar y el frío me helaba los huesos, además de la piel expuesta por mi inapropiada pinta sensual.

Menos mal eres rápido para captar indirectas. Me abrazaste fuertemente y en cuestión de segundos me tenías cargada bajo el pretexto "esos tacones deben pesarte más que el frío". Yo no me quejaba: ¿cómo hacerlo? A pesar de estar rodeada de luces multicolores, payasos diabólicos y algodones de azúcar que contaminaban mi vista y el apetito de comer lo que fuese, contaba con tu presencia en un momento muy diferente a cualquier otro que habíamos compartido.

Y como lo diferente, a veces también raya en lo cliché, no podíamos irnos sin viajar por la rueda mágica, solos tú y yo, acompañados de las ochocientas lucecitas de colores, como fuegos artificiales estáticos que burlaban permanentemente nuestras vistas mediante una infatigable persistencia retiniana.

No sé en qué parte del país estábamos, en qué suburbio. No sé, tampoco, qué era todo aquello que estaba detrás del arcoíris plástico, de la neblina fugaz, de los sueños multicolores y el columpio que se balanceaba sobre un eje ordinario, inestable, y aterrador. En segundos olvidé todo aquello. Los dedos de mis manos se aferraban a los tuyos, mientras compartíamos el más apasionado beso que tres años de relación no habían podido presenciar: aquel era nuestro lugar en el mundo. Dentro de lo falso, lo auténtico. Dentro del cliché, tú y yo rompiendo con lo cotidiano. Cerramos la noche en tu carro. Para este entonces ya el logro era total.

Más nunca volvimos a ir a aquel lugar. Estoy convencida de que esa era precisamente la idea porque han pasado ya quince años y todavía no consigo olvidar la noche del arcoíris plástico.

Ana Cristina Sosa M.

Wednesday, March 17, 2010

It's a 2.0 world we live in.

No sé ustedes pero desde hace meses que lo primero que hago al despertar es ver mi celular. Casi inmediatamente después de apagar la alarma, que me aturde el tímpano y me despierta amenzando cruelmente el funcionamiento del corazón, me meto en Uber Twitter. Esta maña es producto de mi absurda necesidad de leer qué twiteó la gente mientras dormía las últimas cuatro horas. 

Son sólo cuatro, porque en efecto me quedé bloggeando, twitteando, y facebookiando hasta las tantas de la madrugada. ¿Qué pasó con leer un buen libro? ¿Ver un capítulo de Seinfeld? O simplemente ¿echarme en mi cama a pensar? Ya nada de eso existe, lamentablemente, en mi rutina de lunes a viernes. Antes me frustaba cuando hacía esta reflexión, ahora simplemente lo olvido y lo acepto, por los vientos que soplan tengo la certeza de que esto no va a cambiar.

En el carro, lo mismo, no hay semáforo que no me invite a revisar el celular, con un ojo en retrovisor (paranoia) mientras el otro revisa los Twits y los dedos trabajan para dejar algún mensaje inoportuno, que casi siempre tiene que ver con el tráfico, lo tarde que voy a llegar al trabajo, la luz de la mañana, el sueño que todavía tengo y/o las "vibras" del momento, si es que no me dió por cantar la canción que despiden las cornetas de mi carro.

Una vez que llego al trabajo, lo primero que hago es esconder el celular en una gaveta, sin embargo nunca falla que entre las múltiples pestañas del explorador está la de mi blog, y la del Google Analytics. Por supuesto que gracias a la muy acertada Ley de Murphy,  las dos veces que realmente tengo chance de revisarlo, o escribir alguna entrada express, son aquellas en las que alguien asoma su cabeza en el cubículo para decirme algo. Casi siempre mi súper jefa. ¡Qué pena! 

Almuerzo casi siempre en 15 minutos para subir y escribir algo en el blog, así sea un borrador para publicar luego en la noche. Aprovecho también este break para Twitear alguna ocurrencia del día, o comentar alguna foto en Facebook (todo esto por el celular ya que por supuesto tengo toda broma bloqueada en el trabajo).

Del trabajo me desplazo a la universidad, dónde en clases monótonas y aburridas encuentro una agradable distracción en la web 2.0. Ideas vienen y van en un universo virtual del cual formo parte, mientras mi cuerpo está presente (y sin embargo ausente) en aquel salón de clases dónde el profesor intenta ignorar su molestia porque en efecto, la mitad del salón está haciendo lo mismo que yo. No se atreve a decir nada, probablemente porque sabe que es su culpa: si diera la clase como tiene que ser, nadie estaría buscando otra cosa que hacer.

En mi casa abrazo rápidamente la computadora, donde prendo el itunes a todo volumen, busco cualquier cosa en google (recuerden, soy "Googliana" según mi jefa), escribo alguna entrada y me sumerjo a socializar por las redes más que en cualquier otro evento presencial: llámese cumpleaños, bodas, reuniones, etc.

He visto más arte en páginas web que en museos, más videos de youtube que imágenes en televisión, he escuchado más canciones y radio en la web, que todas las canciones juntas de mi coleción de discos. Hay noches en las que incluso puedopasar horas viendo fotografías por Flickr de gente al azar que ni conozco ni tienen alguna conexión conmigo.

¿Qué decirles de mi adicción por el Gmail? Seguramente todos los que leen este blog sufren del mismo mal. Cada vez que el celular vibra (sólo lo hace cuando me llega un correo), o que veo en la pestañita  Gmail el entre paréntesis (1), mis ojos viajan a la velocidad de la luz para leer aquella nueva noticia, nunca spam, que no deja de sorprenderme. Y ahora, la última, Google Talk. No comments. Recursos Humanos: please don't fire me!  jajajaja...

Les confieso que a veces siento que mis amigos virtuales -quienes comentan en este espacio, gustan de algo que pongo en facebook o simplemente comparten ideas por Twitter- son más cercanos que los de carne y hueso, que me ven todos los días pero con quienes no comparto tantas intímidades. ¿Irónico, no?
Como verán, así se me pasan rápidamente las 20 horas del día, entre trabajo, universidad, y redes sociales, mientras comparto con el resto del mundo pensamientos, frustraciones, frases inspiradoras y canciones que acarician mis cuerdas vocales.

Tuesday, March 16, 2010

Un salto al vacío

"No hay nada más hermoso que un salto al vacío:
si sabemos lo que hacemos, nunca nos estrellaremos porque
 buscamos, arriesgadamente, el infinito. "
Humberto Valdivieso

No hay mejor sensación en la vida que aquella que sentimos cuando asumimos un riesgo y salimos triunfantes de él. Asumimos riesgos cuando dejamos de hacer lo que nos dicen y empezamos a hacer lo que queremos, cuando nos atrevemos a escribir una historia diferente, cuando exponemos nuestros sentimientos y nos declaramos ante la persona que amamos. Cada vez que aceptamos un nuevo reto, que respiramos profundamente para no estallar de rabia y hacemos un esfuerzo por dejar claro que no estamos de acuerdo con algo o alguien, estamos asumiendo un riesgo. 

Ellos tienen esa cualidad de "salto al vacío": nos lanzamos con mucho entusiasmo, miedo, ganas de triunfar y estamos, a la vez, cargados de esa adrenalina positiva que nos impulsa a aterrizar con el mayor de los aprendizajes y los pies bien puestos sobre la tierra. No importa si nos caemos en el proceso, si nos doblamos una pierna en el camino, el sólo haberlo intentado es motivo para sonreír y crecer internamente.

Hay quienes prefieren vivir una vida lo menos aririesgada posible, playing it safe, evitando una caida catastrófica,  y escogiendo siempre el camino seguro. Estas personas son las que, generalmente, se encuentran atascados en un trabajo que no disfrutan durante décadas, son quienes nunca se atrevieron a decir "te amo" por miedo a que el sentimiento no fuese correspondido, son aquellos que ven películas y lloran sus frustraciones proyectadas en la pantalla, en libros, en historias de vidas más interesante que la de ellos porque sencillamente no quisieron intentarlo.

Los invito a unirse a este reflexión, para que con el pasar de los años podamos sonreir porque, triunfantes o no, tendremos la certeza de que hicimos lo posible por honrar nuestras ambiciones. Eso ya es un logro de por sí. Creo que en esta vida, pocas cosas son peores que sentirse derrotado e invadido de preguntas como: Si tan sólo lo hubiese intentado, ¿cómo sería mi vida en este momento?

Ana Cristina Sosa M.

Monday, March 15, 2010

A ti

Antes de saberlo
Algo de ti quedó grabado, en mis cuadernos
Albergué ideas abstractas,
arte y una colección de
amores imposibles

Atendí pensamientos
aribitrarios
absurdos
aleatorios
A ti. De ti. Por ti. 

Ahora, me cuesta entenderlo
Adorar un sentimiento que
a veces me incomoda, es un 
amor que
acaricia el límite de lo
auténtico - increíble-
adorable


Aunque mi consciente no lo apruebe
amo quererte y pensarte
alto, siempre a lo alto
ahondar en tu mirada, en tus palabras
arte y figura de lo que es (y no es)


Asidua energía me hipnotiza
agoniza
ahoga - altera - acaricia
arduamente mis pupilas, mi corazón, mi
amor, por ti, siempre por ti


Sunday, March 14, 2010

Lover checklist

Sí usted hombre (inserte su nombre aquí) -entiéndase la exclusión de niños menores de 26 años - algún día quiere conquistar a esta escritora, pregúntese con toda honestidad si cuenta con las siguientes cualidades:

- ¿Consigue la felicidad en el triunfo de alguien cercano?
- ¿Juega sucio cuando se encuentra en competencia?
- ¿Tiene gran capacidad intelectual pero está consciente de que nunca hay demasiada sabiduría?
- ¿Ve todo como una ilusión óptica de la que no forma parte, e igualmente es capaz de disfrutarla?
- ¿Es, tanto masculino como femenino, antirevolucionario chavista y no creedor de la pena de muerte?
- ¿Consigue sentir alegría al sumergirse y comprobar que amar a alguien también puede otorgarle sensación de libertad?
 - ¿Es gracioso, se ríe de sus defectos, disfruta de la aventura y tiene múltiples opiniones formadas?
- ¿ Es desinhibido, buen amante, y experimentador?
- ¿Es próspero, generoso y ayuda a su familia?
- ¿Es limpio y cuida su imagen?
- ¿Es apasionado?
- ¿Es no-adicto al cigarrillo y a las demás drogas?
- ¿Encuentra placer en una copa de vino y leer este blog?

Si la respuesta a todas estas preguntas fue afirmativa, entonces usted (inserte nombre aquí) tiene oportunidad de conquistar el corazón de esta humilde escritora. De estar interesado, puede enviar su declaración/solicitud/cartadeamor/loquesea por escrito aquí.

Saturday, March 13, 2010

Shimmer

He calls me from the cold
Just when I was low, feeling short of stable
And all that he intends
And all he keeps inside, isn't on the label
He says he's ashamed
And can he take me for awhile?
And can I be a friend? we'll forget the past...
But maybe I'm not able
And I break at the bend
We're here and now, but will we ever be again?
'Cause I have found,
All that shimmers in this world is sure to fade
Away again

He dreams a champagne dream
Strawberry surprise, pink linen and white paper
Lavender and cream
Fields of butterflies, reality escapes him
he says that love is for fools who fall behind
And I'm somewhere in between
I never really know
A killer from a savior
'Til I break at the bend
It's too far away for me to hold
It's too far away...
Guess I'll let it go
Fuel - Shimmer 

Friday, March 12, 2010

Psicótica

Ricardo, para bien o para mal, desde hace muchos años yo realmente no estoy contigo.  No sé cómo no te has dado cuenta, debe ser que no quieres realizarlo: tú y tu extraña manía de idealizarme absurdamente. No sé cómo te entró en la cabeza la idea de que yo era la mujer maravilla. Siempre aparentabas estar convencido de ello. 

¿Recuerdas ese día que nos íbamos a ir a la playa a descansar del caos citadino y compartir más en familia? Yo al final no fui. Te inventé un cuento raro y me quedé en casa, mientras tú corrías las playas de higuerote con nuestro hijo. La verdad, Ricardo, es que me acostumbré a estar encerrada entre estas cuatro paredes, las mismas que con los años han ido marcando vilmente  los límites de mi existencia. Los disfrazo con cuadros, estanterías llenos de literatura, pantallas planas y tapetes ecclécticos para dismular su verdadero signficado. 

Sé que estas palabras no tienen ningún sentido para ti. Salgo, todos los días a buscar a Eduardito al colegio, sí, pero es un trayecto infinito y molesto que me dispara la neurosis que me trago, por aquello de aparentar ser cuerda y todo lo demás. Es una enfermedad. Lo sé. Desde ese día (tu sabes muy bien cuál, no te hagas el loco), hace tantos años que lo único que pude hacer fue aferrarme a este hogar.  Será porque esta casa siempre ha representado lo único sólido en mi vida, lo único que me inspira seguridad y permanencia, la certeza de saber que es mía, pues fui yo quien la heredó de mis padres.

Aunque no lo sepas,  Ricardo, yo nunca he podido aferrarme a las personas. Será, tal vez, por tantas historias que he leido donde mueren seres queridos, hombres abandonan a sus mujeres por rameras, hijos se desentienden de sus madres, hermanos que hacen las peores traiciones... En fin, es el miedo de depender de ese cariño o ese amor -que por lo que veo es lo único de lo que no se puede estar seguros en esta vida- me ha jodido emocionalmetne hasta el punto en el que te digo, sinceramente, yo no quiero a nadie. Sólo a mi casa.

Te escribo esta carta y sé lo mucho que te están doliendo estas palabras. Sé que me amas por y sobre todas las cosas, que no imaginas una vida sin mi. Yo no te estoy botando, ni te estoy pidiendo el divorcio. Simplemente estoy siendo sincera porque tú das tanto amor, te dedicas tanto a mí y a tu hijo que me parece injusto estés con alguien que no te pueda reciprocar.  Yo contigo soy feliz, sí. Me haces la vida más fácil. Me complaces con cada pequeña cosa que te pido, provees por la familia y no me exiges mucho a cambio. Sabes que no me gusta salir, te quedas en casa conmigo.

Imagino que te frustra a veces. Y no creas, a veces a mi también me frustra enormemente que estés conmigo, y tan perdidamente enamorado de mí. Quisiera que salieras con otras chicas. Que te divirtieras. Que viajaras a Paris con tus amantes (que desafortunadametne no tienes) y que fueses más feliz. Yo sé que lo mío no es algo normal, y no entiendo como tú no te das cuenta de ello. Estás tan ciego, Ricardo, tan ciego... ¿tus amigos no te lo dicen? ¿Nadie sospecha que tu esposa está loca?

A veces te quiero matar. Me invade una frustración tan grande como mi enfermedad y mi fobia al mundo. Quisiera que lo entendieras. Que hicieras algo. Pero no, tu sonries, me complaces, y nunca buscas sacudirme del todo.

¿Por qué no me sacas de aquí? Por qué no me obligas a salir de casa, no me forzas así sea a un psiquiatra que me ayude? Me desespera tu idiotez. No te odio porque es imposible. Pero me desespera saber que contigo nunca lo voy a poder superar. Fue tu culpa, ¿lo sabes? ¿Es por eso que me tienes tanta paciencia? Sé que aquello también fue duro para ti, pero yo fui el único resultado atípico y tu no entiendes que antes no era así. O es que acaso, esta mujer que duerme a tu lado todas las noches, sólo porque mi lado de la cama está al costado del tuyo, ¿siempre fue así?

Thursday, March 11, 2010

Keeping it all in check


Alarm clock buzzing 7:30 am, check
Snooze, check
Snooze again, check
Snooze, the last time, check

Air conditioning off, check

Brush my teeth, check
Get dressed excutively, check
Breakfast: oops! no time, uncheck

Arrive 30 minutes late to work, (damn) check
Wait for my assginments, check
Do my assignments :), check
Lunch break, check
Blogging during lunch break, check
Back to work, check
time to go, check

traffic jam, check
ride to school in the other end of the city, check
classes, check
hungry, check
tired, check
 
ride back home, check
gas, check
dinner, check
homework, check
writing/bloggin', check
warm bath, check

Alarm clock on, check
Air conditioning on, check

sleep 4 hours, check.

Wednesday, March 10, 2010

# 92


Abuelito, donde quiera que estés, ¡feliz cumpleaños! Viviste casi un siglo, eso no es cualquier cosa.

Te imagino allá arriba, en el cielo, gozando de una salud digna, corriendo por la inmensidad azul en un mundo fantástico, junto a tu mamá y papá y tus mejores amigos, a quienes habías perdido hace muchos años. Sé lo mucho que los extrañaste. 

Te imagino sonriente, a sabiendas de que vives todavía, en cada uno de tus hijos, en cada uno de tus nietos y bisnietos. Sembraste muchas cosas en nosotros, entre ellas: amor, determinación, cariño, inteligencia, dedicación y esfuerzo por cumplir nuestras metas. Valores infinitos que siempre estarán presentes en la familia a la que tanto tiempo y amor le dedicaste.

Desde aquí abajo te estamos recordando siempre, aunque nos haces mucha falta, estamos contentos de que estés descansando allá arriba. Imagino el cielo como un lugar espléndido, clásico y elegante, así como tú siempre lo fuiste. Siempre he pensado que en el cielo de cada uno de nosotros tiene que existir lo mejor de las ciudades que más amamos. Te imagino paseando por L'Champs Elysee en primavera, cruzando a la derecha para agarrar la Quinta Avenida, que en vez de bordear el Central Park, roza los límites de El Ávila. Luego, atraviesas el Danubio sobre uno de tus majestuosos puentes y caes en la Calle Madrid de Las Mercedes, donde viviste por tantos años.

Allá arriba tienes por supuesto, tu despacho de Popin, donde te paseas por Sudokus y libros de literatura clásica. Sé que allá no recibes El Nacional ni El Universal, como solías recibirlos aquí. En vez, te llega el Morasso Daily con todos los acontecimientos familiares para que no te pierdas de todo lo que ocurre en tu familia. La carta editorial, como ya sabrás, la escribe tu tintina cada noche antes de dormirse cuando sólo puede pensar en ti. Los artículos de opinión, tu nieta menor, a la que siempre le encantó leerte todos sus escritos.

Como estás en el cielo, y allá arriba no hay limitaciones tecnológicas ni técnicas, el Morasso Daily tiene también su versión noticiero, con toda clase de videos incluidos, realizados por tu muy querida nieta del medio. Sé que cuando tengas problemas técnicos trabajarás tu magia para que tus nietos computistas te echen una mano, desde dónde sea que estén. El poder de la mente lo puede todo.

Allá arriba volviste a tu rutina del guisquisito a las 6 PM, a esa hora te multiplicas por cuatro para estar con cada uno de tus cuatro hijos y sentirlos más cerca que nunca porque no hay distancia, ni límites para el amor paternal cuando se quiere de esa manera.

No me preguntes cómo, pero también tengo la certeza de que, desde allá arriba, todos los domingos te despiertas en la mente de tu nieto mayor para que siga coordinando los almuerzos familiares, no vaya ser que algún día se pierda tan linda tradición. Le cuentas a Wiwi sobre las aventuras de tu vida y mínimo un día a la semana te trasladas a Miami para ver a tu nieta mayor y a tu bisniet@, que viene en camino. A los demás bisnietos los visitas en horario escolar, siempre vigilando su rendimiento académico porque te sientes orgulloso de que todos y cada uno de ellos heredaron tus genes de pensamiento brillante.

Cada noche, sin embargo, te vienes para acá y te arropas fuertemente junto a tu Tintina para que sepa que aunque estás allá, también estás acá, con ella, siempre con ella. Sesenta años de matrimonio, y sigues contando los días, pero ahora desde allá arriba.

Son 92 años, abuelito, no es cualquier cosa. Te amamos mucho y estamos celebrando contigo, en nuestros corazones. 


On my way to decision-land

Mi vida en este momento está llena de incertidumbres. Como siempre, cuando uno se aproxima al final de una etapa, debes empezar a tomar decisiones sobre la que viene. He ahí el problema. Me encantaría ser desenrollada, despistada, e incluso, antiparabólica, como lo son muchas amigas que se concentran sólo en vivir al máximo el hoy, que es lo único seguro que tenemos. De pana que he tratado de asumir esta posición, pero no puedo, si crees que sí, por aquello de que trato de aparentarlo a veces, sólo estabas viendo un gran montaje, no olvides que soy buena actriz, cinco años haciendo teatro me sirvieron de algo. El punto es que mi confusión es tal, que tengo como 15 interrogantes en mi cabeza, 800 posibles respuestas y ninguna orientación. I think I need a shrink. Tengo dudas, por ejemplo, entre irme o quedarme. En caso de que me fuese: ¿a dónde? ¿Buenos Aires? ¿Atlanta? ¿Nueva York? ¿Barcelona?  Si me quedo, qué hago: ¿trabajo en alguna empresa o me quito la careta y me dedico a  intentar escribir el próximo bestseller? A veces no sé, ni siquiera, si es que tengo opción realmente. Sé que quiero seguir estudiando, pero hasta de eso tengo dudas: ¿master, doctorado, especialización o diplomado? ¿De qué? ¿Escritura creativa, literatura, historia del arte o letras? Pensándolo bien, creo que necesito unos 4 meses de viajar por el mundo y pensar antes de tomar cualquier decisión. Ojalá las cosas fuesen tan fáciles como agarrar una maleta e irme. Para eso tengo que trabajar un buen tiempo y ahorrar. Como dice Nina, "means to an end. means to an end". Asimismo es. Means to an end.

Tuesday, March 9, 2010

Sombra de ti

Estaba ahí. Sola en medio del todo, de la nada, ya ni sé. En mi cabeza, tus palabras se repetían una y otra vez, convirtiéndose en  sombra de mis pensamientos.  La mañana estaba helada pero la luz del sol aún se hacía latente, recordándome de los dos solos bajo el cielo azul, como esa vez de la fotografía, de los besos furtivos, de la maraña de ideas que construimos como siempre lo hacíamos.

Caminaba lentamente, era un momento que quería preservar. Imágenes de postales, de recuerdos presentes, representativos de algo palpable entre los dos, invadían mis neuronas. Los minutos inciertos, se detuvieron, la brisa rozaba mis mejillas en un intento de recordarme dónde estaba y por qué esta parada sobre ese asfalto tan detestable en nuestras vidas. Soñábamos con días de verano, inmersos en campos de maíz. Soñábamos en un mañana que nos prometía un mundo de felicidad. Con nuestro amor, nos creímos capaces de abarcarlo todo: el universo entero, si era posible, eramos nosotros, ¿Cómo no iba serlo? Éramos tu y yo. Los mismos que se completaban las oraciones. Que se llamaban con la mente. Que lograban entrelazar los pies debajo de las cobijas y mantenerlos cálidos en medio del invierno más cruel. Éramos los que se reían en medio de un funeral. Los que hacían el amor en los lugares más prohibidos.

Mientras tanto, yo seguía allí: en el mismo lugar, paralizada para no olvidar, entre lágrimas que se evaporaban en milésimas de segundos y momentos mágicos que aún no han culminado. Las imágenes iban y venían en mi imaginación: semiosis de un amor infinito donde día a día rozábamos los márgenes de lo imposible para sentirnos vivos y presentes en un mundo que poco nos realizó. Recuerdo bien, la anoche anterior, como todas las noches, me había quedado hasta tarde intentando armar el rompecabezas de nuestras vidas. Siempre, siempre hay una pieza que falta y otra que sencillamente, nunca calza. Pero en ese momento, yo seguía allí, parada sobre el asfalto. No tenía más nada que hacer. Estaba ahí, de pie, pensando en todo y en nada, observando a los transeúntes con miradas vacías. En blanco. En sus caras veía reflejos de frustración y sueños perdidos. Ellos no se daban cuenta de ésto. ¿Por qué yo sí?

Inhalaba y el aire cada vez se hacía más frío en mis pulmones. Expulsaba todo lo malo, no quería nada de eso en mí. Sólo los buenos recuerdos y la promesa de que algún día te volvería a ver. Me reía. Dentro del caos, me reía. Qué ilusa fui al desestimar tres continentes de distancia que nos separaban en un intento de acabar con todo lo que un día fue verbo y sustantivo, palabra y significado, dos caras de una misma moneda. En algún momento, inseparables. Ahora víctimas de una sentencia de kilometros y circunstancias desafortunadas e inoportunas para nuestro amor.  El asfalto me congelaba las suelas de los pies pero era una sensación agradable. Un recordatorio de que aún estaba viva. Sintiendo 'algo'. Siempre algo por ti.

Monday, March 8, 2010

(cine-frívola) red carpet

Porque criticando a todos los artistas sobre la alfombra roja más grande  del mundo también nos divertimos bastante, no podía faltar en Me & My los comentarios acerca de los mejores y peores vestidos según YO. Primero que nada #yoconfieso que aún a punta de Cosmpolitans ningún vestido me quitó el aliento. No estoy diciendo que no hubo vestidos bonitos, pero así que tu digas WOW, ME MUERO, LO QUIERO, COÑOOOO, QUÉ BELLAAAAAAA: nah!!! Este año no me tiembla el pulso para escribir que Red Carpet 2010: sucked, big time!

Disclaimer:  Pienso ser la más frívola, ridícula y cruel al escribir este post. Si no quiere leerme así, hiper influenciada por E!, NO SIGA LEYENDO.

Meryl Streep: ¿Qué estabas pensando? Pareces una nevera Sub-Zero. 

Sandra Bullock: te ves linda, pero no me termina de convencer ese vestido. Sorry.

 Charlize Theron: Amiga, vestir un traje que te hace ver los senos como unos conos picúos fue un gran error. Honestamente que una mujer como tú logre ponerse un vestido que la haga ver no tan espectacular es todo un reto. Así que BRAVO. Te aplaudo.


Cameron Diaz: Chacha... te engordaste como 15 kilos, ¿verdad? El vestido: bello. Muy elegante. Pero no es ninguna muerte lenta. Además ese look de princesita wannabe a los 37 años no te luce.

Jennifer López: mujer, eres lo más vulgar y ordinario que he visto en mi vida. Sufres de exceso de curvas. ¿Cómo se te ocurre ponerte esa vaina? Pareces un zigzag.

 Mariah Carey: adelgaza 30 kilos. Luego ves si te conviene mostrar las piernas. NICHE.

Vera Farmiga: la primera impresión que tuve cuando te vi en ese vestido de Marchesa fue: ¡qué bella! ¡me encanta! Luego viendo la fotos la verdad es que lo único que puedo es cantar 
"Volare, oh oh
Cantare, oh oh oh oh
Nel blu dipinto di blu
Felice di stare lassu"
 
 
Zoe Saldana: Eres una negra linda y triunfaste en ponerte el vestido más horrendo de toda la noche. FELICITACIONES. Un Oscar para ti: ¡PEOR VESTIDA!
 
Rachel McAdams: finalmente, alguien con buen gusto en la alfombra roja.
De Elie Saab, tenía que ser. 
 

 Kate Winslet: Hermosa, elegante y regia, como siempre. 


La ganadora de la noche, Kirsten Steward: you can't act for shit pero por lo menos te asesoraste bien para los Oscars. Bravo, Monique Lhuillier. 
 

Gracias Dios por George Clooney, Ryan Reynolds, Peter Sarsgaard, Chace Crawford, Zach Effron.  
EYE CANDY. Bellos todos.

el evento más esperado del 2010



Después de ver quince películas, escribir 13 críticas, ir al cine ad nauseam, leer blogs y artículos sobre los premios de La Academia, finalmente llegó el día más esperado del año hasta la fecha: OSCARS 2010! Día en que se reunieron los más famosos, los más talentosos, y los más guapos bajo un mismo techo y sobre una misma alfombra para una sóla cosa: honorar el cine. En esta octogésima segunda entrega de los Oscars, los anfitriones fueron los mismos de It's Complicated: Alec Baldwin y Steve Martin. Una vez que inició la ceremonia, este par de locos simpáticos nos dieron la bienvenida con un discurso muy divertido en el que se metieron con tutti mundi, como siempre suelen hacer los animadores, comentando sobre los nominados a mejor actor/actriz principales y de reparto, y también sobre las mejores películas nominadas. Lamentablemente, como dice el pana Toto, luego de este opening speech casi no los volvimos a ver y es una lástima porque han podido aligerar la ceremonia, que por cierto, se extendió más de lo debido y por esta misma razón, se nos hizo ETERNA. 

En esta oportunidad vi el evento con nina y otra amiga, las tres muertas de la risa, leyendo los twits con un ojo, viendo la pantalla con el otro, hablando hasta más no poder de cualquier vaina, criticando, riendo y gozando una #$%/$. 

Eso sí. Me molestó enormemente cuando no le dieron el Oscar a Morgan Freeman. Sé que parezco una niñita, pero su actuación como lo dije en la crítica de Invictus me pareció ÉPICA y digna a una estatuilla. De esta semana no pasa que vea Crazy Hearts. Ya les comentaré qué me pareció la actuación de WIlliam Hurt, quien esta ocasión resultó ganador. La verdad, él fue la única sorpresa en el plano actoral, porque era obvio que iban a ganar Sandra Bullock, M'Onique y Cristopher Walzch en los demás reglones que premian el desempeño actoral. Los tres tienen sus premios más que bien merecidos. POr cierto que me encantaron las palabras de agradecimiento de Sandra Bullock. Aunque hubiese querido que llorara más, me pareció bastante humilde y me encantó que habló sobre cada una de las nominadas.

Lo que sí sorprendió y me complace muchísimo es que AVATAR a diferencia de mis predicciones (y las de medio mundo) no ganó sino 3 premios escuetos (bueno sí, no tan escuetos pero distan de estar en el top 3) demostrando que el OSCAR no siempre se lo lleva la película más comercial o taquillera, un "batacazo" como dice mi amiga Ana Stegner. Me encantó que Kathryn Bigelow ganara Mejor Director, marcando un hito en la historia de la cinematografía como primera mujer en ganar esta categoría tan prestigiosa. Y la verdad, aunque sí fue todo un SHOW que la ex-esposa de James Cameron le arrebatara todos los Oscars, la satisfacción la siento porque hizo su trabajo muy bien además de que me encantó la ironía de que una mujer hiciera una película de guerra, versus un hombre que hizo una película de "azules maricos" (joking but not really) y que ella fuese la ganadora de la noche, porque de alguna manera rompió un paradigma, demostrándole al mundo entero que cada vez hay menos espacio para las etiquetas y los lugares comunes en este mundo del SXXI. Es una lástima que los últimos (y más esperados) premios los dieron tan apresurados que practicamente ni nos dimos cuenta. AMÉ ver a Kathryn Bigelow con un Oscar en cada mano y encima devolviéndose a buscar el tercero. La cara de ponchado de James Cameron fue priceless. Uno de esos momentos gloriosos de la noche. 

Esta entrega dista mucho de ser la más entretenida de todas, aunque confieso que tengo memoria de Doris y no recuerdo detalladamente cómo fueron las últimas dos o tres (odié la vez, o las veces que animó Conen O' Brien. Me cae PÉSIMO). En todo caso, es primera vez que veo todas las películas nominadas ¡y eso que este año duplicaron la lista! Primera vez que sabía de qué estaban hablando y, llámese compañía, Cosmopolitans, blog, Twitter, o cualquier otro factor que influyó en la noche, ésta edición fue, sin lugar a dudas, el Oscar que más disfruté.

Gracias a todos los que comentaron en las críticas y revisaron este blog para tener alguna referencia de las películas nominadas. Me encantó escribirles y compartir con ustedes en este espacio.

Un abrazo,
Ani

Saturday, March 6, 2010

(Oscar) Mis predicciones

Mejor película:
La que va ganar - Avatar
La que me gustaría que ganara: (1) An Education , (2) The Hurt Locker, (3) The Blind Side

Mejor director:
La que va ganar y quiero que gane: Kathryn Bigelow por The Hurt Locker

Mejor actor:
El que va ganar y quiero que gane: Morgan Freeman por Invictus

Mejor actriz:
La que va ganar: Sandra Bullock por The Blind Side
La que quiero que gane: Carey Mulligan por An Education

Mejor actor de reparto:
El que va ganar y quiero que gane: Christopher Walzch por Inglorious Basterds

Mejor actriz de reparto:
La que va ganar y quiero que gane: M'oNique por Precious

Mejor dirección artística:
La que va ganar: Avatar
La que quiero que gane: Nine

Mejor cinematografía:
La que va ganar y quiero que gane: Avatar

Mejor película animada:
Up!

Mejor diseño de vestuario:
La que va ganar: La Reina Victoria
La que quiero que gane: Coco Avant Chanel

Mejores efectos visuales:
La que va ganar y quiero que gane: Avatar

Mejor guión original:
La que va ganar y quiero que gane: Inglorious Basterds

Mejor guión adaptado:
La que va ganar: Up in the air
La que quiero que gane: An Education

(Cine-Crítica) Inglorious Basterds


 ¡Última película nominada al Oscar! La más reciente dirección de Quentin Tarantino, a quien no veíamos desde Death Proof y Sin City. Fue la última que vi no por eso de "hay que dejar la mejor para el final" (aunque sí es muy muy buena) si no porque en verdad desde hace un par de años para acá he evitado ver películas relacionadas con el Holocausto. Coño, pana, tantos temas que hay, siento que cada año salen 10 películas de ésto y entiendo que no hay que olvidar la historia pero llegó el punto en que me fastidié. Sin embargo, esta película es el otro lado de la tortilla y por ésto me dió gusto verla. Ahhh. Venganza, dulce venganza. Si tuviese que describir la trama en tres palabras: Masacre de Nazis. 

¿Quiénes son los 'Bastardos sin Gloria'? Son un grupo de soldados liderados por el Teniente Aldo Raine (Brad Pitt) que son dejados en una Francia ocupada por Nazis para matar a cien de ellos. Mientras están allí, un grupo de soldados británicos se unen a su grupo y surge un plan para destruir un pequeño cine que proyecta películas de propaganda alemana a los más altos miembros del "Third Reich", entre ellos Hitler. Lo que los bastardos no saben es que la dueña del teatro cinematográfico, Shosanna Dreyfus (Melanie Laurent) tiene un plan propio para acabar con ellos. Después de presenciar la masacre de toda su familia por parte de Hans Landa (Christoph Waltz) cuando era apenas una niña, siempre ha jurado venganza en contra de ellos.  Cuando los Nazi vienen con la idea de tener el estreno en su cine, lo primero que le viene a la mente es quemarlos vivos. 

Como pueden ver es un enfoque distinto a todo lo que hemos visto del Holocausto. Merece nuestro tiempo y de verdad se las recomiendo así le tengan reservas al tema como me pasó a mí.  Obviamente la película es bastante sangrienta porque muestra como estos bastardos asesinan brutalmente a los nazi. En mi caso practicamente DISFRUTÉ de estas escenas (como dije antes, venganza, dulce venganza).

El filme cuenta con muy buenas actuaciones, en especial la de Christoph Waltz, quien interpreta a Landa. Está nominado a mejor actor de reparto y honestamente sí pienso que va ganar. Su personaje es el propio Nazi desgraciado que inspira terror en la gente y no le tiembla el pulso para masacrar: su forma de aparentar que está tranquilo con su conciencia aún cuando comete las atrocidades más grandes es lo que hace esta actuación singular. Los diálogos son geniales. Por otro lado, la actuación de Melanie Laurent al interpretar Shosanna es también muy buena, vemos a una mujer judía con una identidad robada  para poder vivir en esa ciudad rodeada de tantos nazis. Lo estelar de su desempeño actoral es la forma en que interpretó el conjunto de sentimientos que esta pobre muchacha sentía a todo momento. En particular hay una escena en la que no le queda otra que compartir una comida con el nazi Landa (el mismo que masacró a toda su familia cuando era pequeñita) e intenta todo lo posible para no develar su identidad. Imaginense tener que aparentar total serenidad aún cuando estas frente a la persona que te desgració la vida. Lo hace maravillosamente bien, incluso cuando el señor se va y se queda ella sola llorando desconsoladamente. Lamentablemente, no fue nominada al Oscar. Brad Pitt también lo hace muy bien, siento que él muestra esa versatilidad en sus personajes como pasa con Phillip Seymor Hoffman y Meryl Streep (aunque nunca al nivel de ambos), sin embargo aunque asume rols muy distintos unos de otros y los hace decentemente bien, no son excelentes y por ésto que no figuró nominado en esta oportunidad (y en muchas otras).

La película me parece la mejor de Quentin Tarantino desde Pulp Fiction (no me las he visto todas, pero de las pocas que he visto me parece que ésta es la mejor). Cuenta con una buena fotografía, buen desenlace de escenas, los diálogos son geniales y me parece que tiene oportunidad de ganar en varias categorias (¡mejor actor de reparto segurísimo!) pero no estoy muy segura en qué otras  porque sé que la competencia está bastante fuerte... Está dificil que Tarantino se gane mejor dirección porque compite con Cameron (Avatar), pero no es descartable en lo absoluto.

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8 nominaciones al Oscar: Mejor película, Mejor dirección, Mejor actor de reparto, Mejor edición, Mejor sonido, Mejor edición de sonido, Mejor guión original, Mejor Cinematografía.

Friday, March 5, 2010

(Cine-Crítica) An Education


Action builds character

En esta oportunidad, el escritor Nick Hornbry se convierte en guionista al adaptar la novela de Lynn Barber, An Education, a la gran pantalla. Esta película, por los momentos, se ha convertido en mi predilecta de las nominadas al Oscar. No en vano fue ganadora al premio del público en el Sundance Film Festival. El film inglés fue dirigido por Lone Scherfig y cuenta con las actuaciones de Alfred Molina, Peter Sarsgaard, Emma Thompson y el descubrimiento del siglo, Carey Mulligan.

La historia de Jenny se desarrolla, en su gran mayoría,  en el suburbio londinense de Twickenham. Mientras Inglaterra espera la llegada triunfante de Los Beatles, y se termina de recuperar de la posguerra, Jenny, una hermosa niña de 16 años vive con sus padres y asiste a un colegio de niñas altamente calificado.  Es sin duda alguna, la más brillante de su clase. Amante de todas las cosas francesas – de arte, música y literatura – Jenny es muy sofisticada aunque carezca de portafolio y experiencias de vida fuera de lo que lee en sus libros. Se llena la boca de grandes frases mientras fuma Gaouloises e instruye a sus amigas sobre las bases del existencialismo. Su norte, es uno solo, estudiar en Oxford University. Para ello se quema las pestañas estudiando, bajo la presión de sus padres, quienes, al principio de la historia, la someten a una vida sumergida entre textos académicos.

Todo esto cambia, cuando un buen día llega a su vida David. Un hombre que le dobla la edad y la seduce, introduciéndola en un mundo de discotecas, subastas de arte, conciertos de música clásica y viajes a Paris. La niña, al desenvolverse en este mundo adulto y sofisticado pareciera encajar mejor que nadie. Vemos un cambio dramático en su forma de ser, y su percepción hacia el mundo en general, pero en mayor escala, hacia lo académico. Al verse envuelta en una vida divertida, llena de arte y cultura, empieza a cuestionar su vida anterior, y su gran meta de estudiar en Oxford.

Cerrando paréntesis de trama, la actuación de Carey Mulligan (Jenny) es digna al Oscar de Mejor Actriz (hoy ganó el reconocimiento homólogo en los BAFT Awards). En el transcurso de las escenas en Paris, pareciera una versión miniatura de Autrey Hepburn en Breakfast at Tiffany’s, pero con un intelecto mucho mas desarrollado. Incluso en los momentos difíciles de su vida, la actriz logra que no sintamos lástima por el personaje, sino admiración y simpatía por sus pasiones y aprendizajes. Creo que todos, de alguna forma u otra, nos podemos relacionar con ella. Nobody is perfect. Aunque el film es muy redondo, ella (actriz + personaje) es lo mejor de la película; es decir lo que esta mejor logrado.

En definitiva, la pelicula esta llena de diálogos ingeniosos,  escenas entretenidas (y algunas tristes también), buenas actuaciones, y una fotografía muy agradable a la vista (¿Qué puede ser más romántico que París y Londres  a inicios de los años 60?) Todo lo anterior hace de An Education la selección perfecta para quienes, como yo, prefieren sus películas cómicas, frescas, entretenidas pero al mismo tiempo profundas e inteligentes. Ver esta película es lo mas parecido a tomar un vaso de agua fría luego de caminar tres horas bajo el sol: realmente refrescante.

¡No dejen de comentar su opinión/percepción de la película, por favor! Recuerden que el objetivo de estas criticas es crear un espacio de discusión sobre los films.

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Nominaciones:

Mejor película, mejor actriz, mejor guión adaptado.

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