"You can't connect the dots looking forward; you can only connect them looking backwards. So you have to trust that the dots will somehow connect in your future. You have to trust in something – your gut, destiny, life, karma, whatever." Steve Jobs
Mayo fue un mes de extremos en todo sentido. Cuando comenzó el mes estaba en Aruba, donde me sentí completamente feliz y cambiada. Estaba relajada, tranquila, super optimista, super entretenida con mis amigas, leyendo cosas muy positivas, meditando, haciendo ejercicio, la verdad, una semana paradisíaca como se los comenté en uno de las entradas anteriores.
Sin embargo, y aunque seguía haciendo todos mis ejercicios de meditación/ visualización, y en general seguía sintiéndome muy contenta, a los cuatro días de haber regresado, recibí una noticia muy muy amarga que me dejó durante todo el fin de semana completamente desecha, desorientada, llena de angustia, de incertidumbre, y sobre todo, muy triste y desesperanzada. Pero me obligué a seguir haciendo todas esas cositas que me estaban ayudando en mi día a día (por muy ridículas que les parezcan): ver el amanecer, meditar, escribir, leer, hacer ejercicio, etc. Cosas que en cierta forma se estaban comenzando a convertir en una rutina mañanera que casi dictaba mi estado anímico para el resto del día.
Después de mucho pensar y tratar de darle una explicación lógica a por qué esto estaba sucediendo (la mala noticia) y qué impacto podría tener en mi vida inmediata, decidí agarrar mínimo y tomarme toda la situación con “calma”. Asumí ciertos riesgos grandes que me llevaron a un lugar de paz interior. A pesar de que la incertidumbre (ese limbo del que les hablé anteriormente) continuaba en mi vida, me empecé a enfocar en el presente, en sentirme bien conmigo misma, pero sobre todo en no pensar en el futuro, que me he dado cuenta es siempre lo que nos genera esa angustia terrible. Y en creer, y estar “convencida” de que las cosas se iban a dar.
Me doy cuenta ahora que Dios es muy sabio y que la vida te prepara para estos momentos difíciles. Si yo no hubiese pasado por toda la “transformación” que viví las dos o tres semanas previas a esta noticia, esta noticia me hubiese caído mucho peor y no hubiese tenido las herramientas necesarias para no rendirme, y echarle pichón.
Hoy me doy cuenta que pasó lo que tenía que pasar y que siempre tenemos que tener mucha fé de que aún cuando pareciera que algo terrible nos está pasando, está ocurriendo por una razón que aunque en el momento no sepamos cuál es, ni podamos conseguirle alguna lógica, luego en el futuro va a tener todo el sentido del mundo y fue para lo mejor. Como bien lo dijo Steve Jobs, "you can only connect the dots looking backwards". Hoy les puedo decir que ya nuestra vida no está en limbo y que hace un par de días recibimos noticias MUY MUY buenas: lo que tanto estábamos pidiendo, se dio y hoy más que nunca estoy agradecida con la vida.