Ella viaja en el bus, ese de la fotografía desteñida. Lo hace por su amor. Lo hace por su vida. Con una sonrisa de punta a punta, se encuentra sentada entre niñas malcriadas, hombres sudados, viejas chismosas y un loco conductor que al parecer ignora cualquier velocidad inferior a los ciento cuarenta kilómetros por hora. El miedo y el terror reflejado en los rostros de las señoras mayores sólo consigue manifestarse como emoción y anticipación en el rostro de ella. Menos tiempo, cada vez falta menos tiempo- pensó.
Su torso está erguido, abrazando su mochila, lo único que puede sostener mientras piensa en él. Tararea la canción, esa que él le escribió hace unos meses en aquella carta, la única evidencia física de su amor.
Que me tenga cuidado el amor, que le puedo cantar su canción
En este momento siente un antojo inagotable por abrir su mochila y sacar aquel sobre añejado con la carta de amor, leer las palabras que ya conoce mejor que su propia vida para sentir de nuevo esas endorfinas que se pasean por su estómago a una velocidad similar a la del bus.
El sol entra por la ventana derecha, calentando su mejilla, resaltando sus reflejos rojizos que sólo se ven con el sol y que a él tanto le gustan. Siente una brisa entrar desde atrás. Renuncia a la idea de sacar aquella carta por miedo a que se la lleve el viento. Cierra sus ojos. Piensa en su amor. Recita la carta en su imaginación.
Los minutos pasan lentamente. Poco a poco va atravesando ciudades satélites, campos de trigo, carreteras de tierra. Respira aire fresco, polvo, tierra, mientras se pasea por diferentes olores y roza una infinidad de texturas palpables a su vista. Sueña con él.
Una cadena de cornetas interminables la despiertan. ¿Dónde estoy? - se pregunta. Sus ojos se hacen agua al ver en su alrededor una autopista colapsada de carros, unos vidrios ahumados y su madre en el puesto al lado, conduciendo para llevársela lejos, muy lejos de él.
3 comments:
Me encantó la descripción del sol entrando por la ventana.
q bajada de la nube tan fuerte. Life ain't always a sweet candy
A su encuentro fui no estaba sola me acompañaban mis adicciones jamas llege a maiquetia antes en un punto intermedio estacione mi Buick y vole acompañada por el ritual clasico de mi adicción empedernida.
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