El Diario de Marcos. Día 20.

Los Hamptons.. increíble. Aún con mal clima esto es bien depinga. Claro, no te imagines las playas paradisíacas de Venezuela, porque no tiene nada que ver. Esto no le llega a Choroní ni los tobillos. Tampoco se pueden comparar con las de Caraballeda o las comunes de La Guaira. Realmente te digo que aquí la vaina no es lo bonito de la playa, eso es lo de menos. Lo que impacta es la clase mi pana. Los Hamtons es pura clase, sociedad, gente espectacular. Desnalgue con alcohol y drogas. La ebriedad que te sube las hormonas y sin darte cuenta terminas en una orgía colectiva donde la lujuría hace una vez más de las suyas. No. No te exites, no estuve en una orgía ayer ni nada por el estilo... pero si en otros viajes. Este es un poco más chill out. Menos éxtasis y mas hachís. Menos sexo y más relajación. Aqui ando con mis panas droggies, que invitaron a un poco de modelos del New York Fashion Week que terminó aquí hace poco. Estan divinas pero no me paran media bola. Esa vaina me tiene preocupado. Estan un poco fuera de neustra liga, pero igualito me las buseo completitas. Son algo extraordinario del más allá. Le acabo de tomar una foto a una que estaba viendome, aqui te la dejo y me dies qué tal... Eso si, son unos palitos de escoba, nada que ver con la Carla. Ya la estoy empezando a extrañar, sobretodo porque no me contesta los correos que le mando, y no quiero llamarla pq me da vaina interrumpirla en su pasantía. Obvio que su casa está descartada. Bueno, que coño, hasta que no me escriba no voy a seguir pensando en ella. Que se joda. Todavía me quedan tres días aquí en Los Hamptons. Después una semana más en Nueva York y me regreso. Ojalá que le guste la sorpresa que le tengo. ... Eso también me tiene medio nervioso. Que después que invertí tantos dolares en la relación la caraja no me pare bolas cuando regrese. ¿Te imaginas? Y yo que me he portado tan bien en esta vaina, cuando pudiera estar cogiéndome a todo lo que camina (Si es que me pararan bolas también). Coño, ahora que lo pienso, este viaje me tiene el auto estima por el suelo. Que maltripeo. ¡Hachis ven a mí! -

Váyalo,
MS