Ojalá mi Blackberry tuviese tanto estilo como este, así por lo menos tendría una mejor para tenerlo. Si a mi celular le tengo aprecio es porque me lo regaló mi hermanito lindo. Pero el propósito de esta entrada es analizar sociológicamente el fenómeno Blackberry en Venezuela. ¡Ja! Sobre todo. Bueno, eso sería interesante, sin duda alguna, por algo todavía estas leyendo estas líneas, pero no creo que llegue a tal grado de profundidad.
Sin embargo, si diré lo siguiente.
La dependencia al Blackberry es fuerte. Bastante fuerte. Es insólito que no podamos sentarnos durante una comida completa sin revisar el celular por lo menos dos veces. No podemos ir al cine sin consultar en IMDB donde actuó el protagonista antes, porque la cara se nos es familiar pero no recordamos dónde fue que lo vimos. Insólito que alguien esté tratando de entablar una conversación cara a cara con nosotros y pareciera que estuviésemos más interesados en lo que celular tiene que decirnos. Increíble también como, desde que tenemos el fulano Blackberry, nadie tiene vida personal. ¿No se dan cuenta? Estamos disponibles para todo el mundo, todo el tiempo. Si no queremos responderle a alguien, ya no nos podemos hacer los locos “ay pana, que chimbo, no me llegó el mensaje”. No. El bendito Blackberry hasta te “sapea” que ya leíste el Blackberry y simplemente no te dio la gana de responder. Y entonces. ¿Cuál es el problema? ¿Acaso siempre tengo que estar de humor para hablarte? ¿No puedo estar ocupada haciendo algo mejor con mi vida? Además de eso, minuto a minuto estamos publicándole al mundo todo lo que estamos haciendo por Facebook, Twitter, Messenger, etc. Como les decía, el Blackberry marcó el fin de la vida personal.
Además de todos los efectos secundarios -nocivos a la salud- que tiene este aparatito en nuestra vida (sí, la adicción es nociva para la salud. si no, pregúntate cómo reaccionarías si estuvieses un mes en una isla desierta sin internet ni Blackberry?), me molesta enormemente que el servicio es inconstante y realmente incomunica más de lo que comunica. O cuántas veces no se han encontrado desesperados por comunicarse con alguien y pff no tiene EDGE, los mensajes no llegan, los e-mails no entran, las llamadas no se escuchan y uno se siente en un eterno monólogo. Es desesperante. Los benditos SMS eran mucho más efectivos. Nunca olvidaré cuando llegué de viaje y necesitaba avisarle a mi hermano que ya había llegado, que me buscara en la puerta tal y nada, Tuve que esperar con 3 maletas a las 12 de la medianoche en una puerta equis de Maiquetía (#miedo) a que milagrosamente mi hermano adivinara dónde estaba porque el bendito Blackberry no marcaba.
Impresionante, también, que Venezuela sea el país mayor consumidor de esta tecnología en América Latina. Incluso más impresionante es que consumimos más Blackberrys que México y Brasil juntos, que tienen una población muchísimo mayor a la de Venezuela.
INCREIBLE.
Y obviamente, para que el consumo en Venezuela tenga esos índices tan altos, es evidente que no solamente la elite cuenta con este aparato. Estoy cansada de ver peluqueras, manicuristas, conserjes, choferes, señoras de servicio, taxistas y vaya usted a saber también tienen su Blackberry. ¿Cómo hacen para pagar una renta básica que supera los 100 BsF cuando el sueldo mínimo es ---- ? No sé. Dejarán de comer para tener un Blackberry.
Es impresionante, además, el temita de las modas en Venezuela. El Blackberry lo tiene todo el mundo en Venezuela, vamos a estar claros, porque se puso de moda. Y si no lo tienes, eres un perdedor y serás juzgado por toda la población (#melodramática). Pero es verdad, igual pasó con las pulceras Live Strong, que nadie compraba por su verdadera causa (creo que si a caso el 10% de sus consumidores sabían para qué servía la pulcerita esta). Tampoco olvidaré una vez que mi tía le traía varias pulceritas del norte para sus hijos, y llegó su maleta con cámara, computadora, epil lady y sin sus 12 pulceritas LIVE STRONG. ¡JA! Que chiste este país.
Y ahora, ¿qué me dicen de los relojitos estos horribles que tiene todo el mundo en todos los colores? Una amiga me estaba contando que su hijita de seis años le devolvió el reloj indignada porque era una imitación y no el original. ¡Caraj! ¿a dónde hemos llegado?
Creo que la persona promedio consumidora de Blackberry en Venezuela ha tenido mínimo dos equipos. Ya yo voy por tres. El primero me lo robaron. El segundo todavía lo tengo por ahí guardado por si acaso me roban el mío. La adicción es tal que tenemos que tener un repuesto, por si... es que si le pasa algo al nuestro, definitivamente que la sola idea de aguantar dos días sin él es inconcebible! Señores, somos la sociedad más consumista del mundo. Los más innovadores. Somos el oasis del TRIAL. Aquí nos lanzan cualquier coroto y el venezolano va corriendo a comprarlo, no importa que cueste una pequeña fortuna, no importa que no se sepa si el coroto funciona en cuestión, eso es irrelevante, simplemente tenemos que tenerlo.
Creo que la razón por la que más detesto el Crackberry es que me ha hecho cuestionarme sin efecto soy una materialista? Si no puedo vivir sin él, y él es un objeto (a pesar de que lo uso para efectos NO MATERIALES, como mantenerme informada y’comunicada’) entonces, soy materialista? Definitivamente sí me creó una dependencia muy fuerte.
Crackberry, te lo digo otra vez, ¡te odio!
Sin embargo, si diré lo siguiente.
La dependencia al Blackberry es fuerte. Bastante fuerte. Es insólito que no podamos sentarnos durante una comida completa sin revisar el celular por lo menos dos veces. No podemos ir al cine sin consultar en IMDB donde actuó el protagonista antes, porque la cara se nos es familiar pero no recordamos dónde fue que lo vimos. Insólito que alguien esté tratando de entablar una conversación cara a cara con nosotros y pareciera que estuviésemos más interesados en lo que celular tiene que decirnos. Increíble también como, desde que tenemos el fulano Blackberry, nadie tiene vida personal. ¿No se dan cuenta? Estamos disponibles para todo el mundo, todo el tiempo. Si no queremos responderle a alguien, ya no nos podemos hacer los locos “ay pana, que chimbo, no me llegó el mensaje”. No. El bendito Blackberry hasta te “sapea” que ya leíste el Blackberry y simplemente no te dio la gana de responder. Y entonces. ¿Cuál es el problema? ¿Acaso siempre tengo que estar de humor para hablarte? ¿No puedo estar ocupada haciendo algo mejor con mi vida? Además de eso, minuto a minuto estamos publicándole al mundo todo lo que estamos haciendo por Facebook, Twitter, Messenger, etc. Como les decía, el Blackberry marcó el fin de la vida personal.
Además de todos los efectos secundarios -nocivos a la salud- que tiene este aparatito en nuestra vida (sí, la adicción es nociva para la salud. si no, pregúntate cómo reaccionarías si estuvieses un mes en una isla desierta sin internet ni Blackberry?), me molesta enormemente que el servicio es inconstante y realmente incomunica más de lo que comunica. O cuántas veces no se han encontrado desesperados por comunicarse con alguien y pff no tiene EDGE, los mensajes no llegan, los e-mails no entran, las llamadas no se escuchan y uno se siente en un eterno monólogo. Es desesperante. Los benditos SMS eran mucho más efectivos. Nunca olvidaré cuando llegué de viaje y necesitaba avisarle a mi hermano que ya había llegado, que me buscara en la puerta tal y nada, Tuve que esperar con 3 maletas a las 12 de la medianoche en una puerta equis de Maiquetía (#miedo) a que milagrosamente mi hermano adivinara dónde estaba porque el bendito Blackberry no marcaba.
Impresionante, también, que Venezuela sea el país mayor consumidor de esta tecnología en América Latina. Incluso más impresionante es que consumimos más Blackberrys que México y Brasil juntos, que tienen una población muchísimo mayor a la de Venezuela.
INCREIBLE.
Y obviamente, para que el consumo en Venezuela tenga esos índices tan altos, es evidente que no solamente la elite cuenta con este aparato. Estoy cansada de ver peluqueras, manicuristas, conserjes, choferes, señoras de servicio, taxistas y vaya usted a saber también tienen su Blackberry. ¿Cómo hacen para pagar una renta básica que supera los 100 BsF cuando el sueldo mínimo es ---- ? No sé. Dejarán de comer para tener un Blackberry.
Es impresionante, además, el temita de las modas en Venezuela. El Blackberry lo tiene todo el mundo en Venezuela, vamos a estar claros, porque se puso de moda. Y si no lo tienes, eres un perdedor y serás juzgado por toda la población (#melodramática). Pero es verdad, igual pasó con las pulceras Live Strong, que nadie compraba por su verdadera causa (creo que si a caso el 10% de sus consumidores sabían para qué servía la pulcerita esta). Tampoco olvidaré una vez que mi tía le traía varias pulceritas del norte para sus hijos, y llegó su maleta con cámara, computadora, epil lady y sin sus 12 pulceritas LIVE STRONG. ¡JA! Que chiste este país.
Y ahora, ¿qué me dicen de los relojitos estos horribles que tiene todo el mundo en todos los colores? Una amiga me estaba contando que su hijita de seis años le devolvió el reloj indignada porque era una imitación y no el original. ¡Caraj! ¿a dónde hemos llegado?
Creo que la persona promedio consumidora de Blackberry en Venezuela ha tenido mínimo dos equipos. Ya yo voy por tres. El primero me lo robaron. El segundo todavía lo tengo por ahí guardado por si acaso me roban el mío. La adicción es tal que tenemos que tener un repuesto, por si... es que si le pasa algo al nuestro, definitivamente que la sola idea de aguantar dos días sin él es inconcebible! Señores, somos la sociedad más consumista del mundo. Los más innovadores. Somos el oasis del TRIAL. Aquí nos lanzan cualquier coroto y el venezolano va corriendo a comprarlo, no importa que cueste una pequeña fortuna, no importa que no se sepa si el coroto funciona en cuestión, eso es irrelevante, simplemente tenemos que tenerlo.
Creo que la razón por la que más detesto el Crackberry es que me ha hecho cuestionarme sin efecto soy una materialista? Si no puedo vivir sin él, y él es un objeto (a pesar de que lo uso para efectos NO MATERIALES, como mantenerme informada y’comunicada’) entonces, soy materialista? Definitivamente sí me creó una dependencia muy fuerte.
Crackberry, te lo digo otra vez, ¡te odio!
6 comments:
es demasiado verdad!!! e increible q vzla, donde todos estan pelando, sea el pais con mas blackberries!!
Pese a tu materialismo te amo, eso es querer a la otra tal cual con sus virtudes y defectos, te sigo amando...
Siempre he criticado tener una conversación con una persona que está más pendiente de su estúpido celular que de aquello que le digo.
Y sin darme cuenta , me he convertido en una de ellos.
Estoy trabajando en ello .
¡ Besos y saludos!
Te amo como podria amar el blacberry o el disparo de mi 9mm en mi sien hirviente.En Caracas DF a 1 de 04 de 2010 by Isa Peña O'conn( Bello Monte en el ambito metropolitano de Caracas)
Y eso que no comentaste sobre el artículo de noticias24 que habla de este fenómeno. Gente que tiene un blackberry pero sin el servicio activado. Solo para decir "si yo tengo uno". O los niños menores de 10 años. La verdad el venezolano tiene el 80% de la cabeza llena de anime. Está bien que el celular se ha convertido en una herramienta del día a día del hombre moderno (o mujer jeje). Pero lo de los blackberry es ridículo. Yo confieso que muchas veces dejo el celular en la casa para que por un momento de verdad me sienta libre. Y por mi trabajo tenía un blackberry hasta el día que me fallo al enviar un simple e-mail, que tenía que llegar de forma urgente a su destinatario. Me canse de que me encontraran asi fuera tomando el sol en la playa, y que decir de cada loser que cambia el status del bb Messenger cada día. Por eso prefiero tener un simple teléfono celular, para emergencias, antes que ser un esclavo mas del modismo, materialismo o como lo quieran llamar. Y es que a caso no hay vida después de una simple maquina? a todos los adictos get a life!!!
Mi querida, insólito lo del Carabobeño. Ni siquiera "Entrecomillaron" tus citas textuales.
Respecto al BB yo ya hice mi contribución al hampa. le compré uno a mi Ale y le duró 2 meses. Más detalles aquí...http://www.facebook.com/home.php?#!/note.php?note_id=311289952820
Besos,
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