Nos amamos como nunca antes lo habíamos hecho. Tal vez porque ésta vez hicimos el amor, en vez de cogernos como animales. Fue algo mundialmente arrecho. Los adjetivos que pueda usar para describir la escena se quedan cortos y supongo que, algún día me vas a entender amigo mío. Quién sabe si ya me entiendes. No hay plato en el menú del amor que no probamos esa noche. Fue todo como lo teníamos planeado. Después de tres rondas ya yo estaba agotado, pero la carla...... la carla quería seguir, y yo ya no daba para más. Así que busqué otras formas de satisfacerla y al final se quedó dormida con una sonrisa marcada en su rostro. Dios, que bella es. Cómo la quiero. En el día no queríamos salir de la cama, nos costó unas cuantas horas, pero a la final lo hicimos y fuimos a la playa.. El día estaba increible, las palmeras más bellas que nunca. No habia mucha gente en la playa, pero la suficiente como para sentirnos acompañados. Aunque no hiciera falta, porque nos tenemos el uno al otro y eso es todo lo que cuenta. En la playa almorzamos un pescadito que estaba de chuparse los dedos. El sol estaba tal vez un poco demasiado fuerte, nos quemamos rojos que parecíamos langostas, y fue una lástima porque al llegar a la posada, ya estábamos insolados. Carla estaba prendida en fiebre y yo tenía unas nauseas que no me dejaban ni acercarme a ella. Nos bañamos con agua helada, tal vez ahí fue el momento en el cual estuvimos mas en contacto de toda esa noche. Nos acostamos cubiertos en sábanas frías para enfriar nuestros cuerpos rostizados que lloraban de pena por no dejarnos hacer el amor, una última vez antes. El domingo el día amaneció nublado. Los vidrios de la habitación estaban empañados. Ya para ese entonces nos sentíamos mejor, pero no lo suficiente como para amarnos, nuevamente. Creo que el problema fue que estábamos ambos muy deshidratados. Salimos a desayunar en el restaurante de la posada y cada uno se tomó como 5 vasos de agua. Luego, el camino a Caracas fue normalaso. Había tráfico, a pesar de que no era fin de semana largo, supongo por toda la gente del interior yendo de nuevo a CCS a trabajar. Ya cuando estábamos por tazón la tranca fue heavy. Pasamos como 3 horas prácticamente estacionados en una autopista donde, para nuestra des fortuna, ni siquiera había vendedores ambulantes que nos deleitaran con una botellita de agua. Estábamos agotados, enfermos, engripados e insolados. Queríamos llegar a nuestros respectivos hogares y echarnos a dormir hasta que la salud nos despertara. Finalmente, casi 4 horas después llegamos a caracas desde lo que pareció ser un viaje interminable lleno de aventuras y, desafortunadamente, desventuras también. Durante la semana no ha pasado nada muy interesante, nos vemos a diario en la universidad y cada vez que la dejo en su casa practicamos el arte de amar. Ya mañana me voy para Nueva York. Carajo, como pasa de rápido el tiempo. Tengo sentimientos mixtos acerca del viaje porque, se que la voy a pasar del carajo, pero al mismo tiempo voy a extrañarla muchísimo. Bueno, que coño. Ya me voy y no hay nada que nadie pueda hacer para evitarlo...
MS.
MS.
1 comment:
Ajá anita, aqui estoy, siguiéndole la secuencia a Marcos... Pos date cuenta, Día 15, quien hace el primer comentario?? el q dice q no le gusta taaanto, jeje... creo q estoy enviciado con esto q escribes, o si no, por q golpeo el teclado los días q no hay rastros nuevos del diario en el blog??? ;)
Bueno sigo por aquí.. a la expectativa de las andanzas del pana Marcos.. y de lo demás que escribes... :)
Saludos! Q estés bien!
náufrago s/barba
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